viernes, 6 de noviembre de 2009

Modelos agrícolas y realidad

Juan José Perfetti Del Corral

El Colombiano, Medellín

Noviembre 6 de 2009

Según los boletines de prensa, en el discurso inaugural del XXXV Congreso Agrario Nacional, el presidente de la SAC, Rafael Mejía López, además de hacer una cerrada y elogiosa defensa del Programa Agro Ingreso Seguro, se refirió a algunos aspectos importantes para el desarrollo futuro del sector agropecuario colombiano.

Citando un reciente estudio de
la FAO, el señor Mejía señalaba cómo para el año 2050 la agricultura mundial deberá aumentar su producción un 70%, pues en este lapso se deberán alimentar 3 mil millones de personas adicionales que habitarán el planeta.


Esto significa que, aún con la incorporación de avances tecnológicos, será necesario doblar el área agrícola mundial en los próximos 40 años al pasar de 1,4 billones de hectáreas actuales a 3,0 billones. Esto, a juicio del presidente de
la SAC, es "una oportunidad para Colombia, que cuenta con tierra agrícola apta".


A renglón seguido señala que "en
la SAC seguiremos buscando el diseño de instrumentos que sean acordes a estas oportunidades de crecimiento" y se refiere, entre otros aspectos, a la innovación y el desarrollo tecnológico, la asociatividad y la empresarización y a la provisión de bienes públicos en zonas rurales.

En ese orden ideas, entre los módulos académicos del Congreso hubo uno dedicado al estudio del modelo agrícola de Perú. Como se sabe, una de las agriculturas más dinámicas de las últimas décadas ha sido la de este país suramericano.


El desarrollo de su agricultura no sólo ha atraído a inversionistas extranjeros, sino que le ha permitido hacer una muy importante presencia en los mercados externos con una variedad de productos como espárragos, mangos, aguacate, uva de mesa, alcachofa, mandarina, etc.


Sus exportaciones de frutas y hortalizas sobrepasaron los 1.000 millones de dólares y han venido creciendo a tasas anuales del 20 y 25%.


El ejemplo del Perú es relevante para Colombia porque nos muestra cómo una agricultura, que no dispone de la cantidad y la variedad de suelos y climas de Colombia, y que hace unas pocas décadas comenzaba, tímidamente y al igual que nuestro país, a incursionar en los mercados externos con las exportaciones de espárragos, hoy ha convertido ese renglón y muchos otros de origen agropecuario en fuente importante de divisas y de desarrollo para el país.


Nosotros, por el contrario, mantenemos una agricultura que mira hacia adentro de sus fronteras, que mantiene en su canasta exportadora los mismos productos que exportábamos décadas atrás y que ha sido incapaz, en estos últimos años, de consolidar nuevos renglones de exportación como sí lo ha hecho Perú.


Mientras que Perú, al igual que Brasil, Chile, Costa Rica, Guatemala y México, ha sabido aprovechar las amplias y crecientes oportunidades comerciales que representan los mercados agrícolas mundiales, Colombia sigue implementando un modelo agrícola que, al tiempo que va en contravía de sus exitosos vecinos, aumenta la protección a su agricultura, genera mayores inequidades en el campo y con los sectores urbanos más pobres y destruye los cada vez más valorizados recursos naturales como el suelo, el agua y la biodiversidad.


Muy interesante que en
la SAC se hubiera conocido y analizado el caso peruano y que se trataran temas tan determinantes para una agricultura moderna y dinámica como el de la innovación, el desarrollo tecnológico y el de la infraestructura, pero, infortunadamente, en el discurso inaugural se volvió a hablar de los subsidios externos, de la necesidad de proteger nuestra agricultura y de la importancia de implementar políticas de fomento


Es decir, las buenas intenciones de conocer un modelo abierto como el de Perú se estrellan, como siempre, contra el muro del proteccionismo agrícola colombiano.

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