Edgar Polo
El Heraldo, Barranquilla
Noviembre 5 de 2009
La discusión en el Congreso de la República sobre la Moción de Censura al Ministro de Agricultura es una muestra más de los desviroles a que nos tiene acostumbrados la oposición. No va a conducir a nada, y en el entretanto de desaprovecha la actividad legislativa que debería tener mejor orden de prioridades.
No va a llegar a nada porque se trata de un debate político a un programa de política económica. El objetivo, tumbar a Ministro de Agricultura y cobrar su cabeza como presea de combate. Por lo que hemos podido apreciar mediante el cubrimiento de los medios de comunicación, la mayoría de las intervenciones de la oposición conducen a que se está dando, a través del programa, dinero a los ricos con la conclusión de un aumento en la brecha social.
Lo equivocado del debate es que no hace claridad sobre las metas de la Ley AIS comprendida en el marco de la Política Económica. Como bien lo explica la norma, el objetivo no es otro que el de generar las condiciones de competitividad al recurso Tierra mediante su adecuación vía riego y drenaje para el apropiado manejo del agua y además, si es necesario, infraestructura para el control de inundaciones. La adecuación de tierras es fundamental para generar competitividad en el sector primario de la economía, ahora cuando apostamos a la integración al mundo global.
El legislador tuvo la precaución en el diseño ley de AIS de enfocar los recursos con la condición única de la existencia de un proyecto de adecuación viable asociado a la legalidad del uso del suelo. Seguramente que pensando en los pequeños y medianos productores que solo tienen posesión de la tierra o que mediante instrumentos como el contrato de arrendamiento aspiran a convertirse en empresarios del campo.
Las bondades de la norma solo pueden establecerse a través de la medición de sus resultados. ¿En cuánto se amplió la frontera agrícola tecnificada?, ¿cuántos puestos de trabajo genera?, ¿en qué proporciones de cantidad y calidad va a aumentar la producción de bienes y servicios exportables? Cual será la proyección del Ingreso Nacional después de la puesta en producción de los nuevos proyectos financiados por el programa?
Con seguridad de las respuestas a los anteriores interrogantes nos darán verdadera luz, diferente a la que depara el debate mediático. El tema de dar plata a los ricos, en el que sorprendentemente cabalgan algunos académicos en trance de políticos, es la base del debate contra el Gobierno por medio del Ministro. Es un argumento deleznable que a más de estigmatizar la riqueza desvía peligrosamente la acción hacia la trasnochada lucha de clases de que hablaba Carlos Marx en Das Capital hace dos siglos y del que dio buena cuenta la Perestroika rusa y la exitosa revolución capitalista de la China actual.
El problema social que acusa nuestra patria no es culpa de los ricos. Obedece a otras causas de las que debemos tomar especial atención integralmente todos, dejando a un lado la politiquería que da al traste con programas generadores de Crecimiento Económico. Con incentivos para que los grandes productores se estimulen a generar empleo productivo y con Políticas de Inversión en Capital Humano efectivas para garantizar que en el mediano plazo vamos a tener una sociedad más justa y más igualitaria.
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