lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Qué pasa en los colegios públicos?

Editorial

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Noviembre 23 de 2009

Los resultados del Icfes y las mediciones de calidad de la educación media demuestran que la instrucción impartida en buen número de colegios privados de Santander es sobresaliente a nivel nacional, hecho que llena de orgullo a la región. Casos como el del colegio La Quinta del Puente no es producto de la casualidad sino de una paciente e inteligente orientación que a lo largo de los años ha fructificado. Igual sucede con otros reputados colegios ubicados en varios municipios de nuestra geografía. Pero, ¿qué pasa con los colegios oficiales? El impulso de la educación pública fue una de las primeras tareas emprendidas por los fundadores de la república. Ellos entendieron que sin instrucción no habría futuro.

Una de las grandes obras del gobierno del general Santander fue el haber fundado un abultado número de colegios públicos y haber impulsado la educación oficial. La obra de los hermanos Zapata en tan importante campo no tiene par y numerosos ejemplos pueden citarse para resaltar los esfuerzos que durante 200 años se han hecho para que la educación que imparten los colegios estatales sea de alta calidad. Pero, ¿qué ha ocurrido en ellos en las últimas décadas?

La calidad de la educación en un considerable número de universidades públicas de Colombia es alta. La Universidad Nacional, la UIS, la Universidad de Antioquia, la del Valle, la del Cauca y otras más son punto de referencia de todo análisis de la educación superior en Colombia. Pero, ¿por qué está tan relegada la educación que se imparte en los colegios públicos?

A raíz del repunte de los colegios privados en el escalafón de los mejores 300 colegios de Colombia y la poca calidad de la educación impartida actualmente en los colegios oficiales, se han ensayado apresuradas explicaciones, siendo ellas poco atinadas.

A mediados del siglo XX el nivel de la educación de los colegios públicos era de primerísima calidad. El declive del nivel educativo en los colegios oficiales comenzó a aflorar a finales de los años 60 del siglo pasado y de entonces a hoy la curva descendente ha sido cada vez más pronunciada.

Colombia no puede permitir que la brecha entre la calidad de la educación privada y la educación pública siga creciendo, pues ello tiene consecuencias nefastas. Es prioritario estudiar qué es lo que está sucediendo, sus causas y razones, e implementar un plan de mejoramiento continuo y acelerado para que quienes se educan en los colegios oficiales puedan emular con los que lo hacen en los colegios privados.

El país no puede tener bachilleres de primera y de segunda categoría y menos que los relegados sean los egresados de los colegios oficiales. La educación media impartida por el Estado tiene que mejorar notablemente y mientras ello no ocurra, el Ministerio de Educación está cumpliendo deficientemente su tarea.

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