martes, 16 de marzo de 2010

Ataques contra la red

Editorial

El País, Bogotá

Marzo 16 de 2010

Las recientes declaraciones de Hugo Chávez sobre la libertad de expresión en Internet han prendido las alarmas de la comunidad internacional. Afirmar que la red “no debería ser un espacio donde la gente hace y dice lo que quiera (sic)”, es ni más ni menos que el anuncio de la censura al que se ha convertido en el vehículo de comunicación y de información más importante para la humanidad.

Desde luego que, leídas en un sentido literal, las afirmaciones de Chávez podrían pasar por inobjetables pues no se puede promover en Internet ningún tipo de información que conlleve la violación de los derechos humanos. En este sentido un juez italiano condenó hace poco a los directivos de Google por un video emitido en youtube al considerar que violaba los derechos de los niños autistas.

Pero una cosa es la sentencia judicial italiana, un país en el que la libertad de expresión está plenamente vigente, y otra muy distinta la idea emitida por Chávez en un país cuyo gobierno ha hecho todo lo posible por amordazar la prensa libre, clausurar la televisión crítica y controlar las emisoras de radio. Pareciera que a los gobiernos despóticos les aterran los espacios donde los ciudadanos pueden informarse sin cortapisas y opinar sin temor. No, para ellos todo tiene que ser vigilado y controlado.

De acuerdo con la organización Reporteros sin Fronteras, China, Corea del Norte, Irán y Myanmar son los Estados que aplican los mayores controles en Internet, violando la libertad de expresión en la red. Además, también se encuentran allí Arabia Saudita, Cuba, Egipto, Uzbekistán, Siria, Túnez, Turkmenistán y Vietnam, países gobernados por monarquías vetustas, dictaduras o democracias bonapartistas donde los controles del Estado, por medio de obstáculos técnicos o financieros, cortes de la red o disminución de la velocidad, buscan que los ciudadanos no tengan acceso libre a Internet ni puedan asociarse en las redes sociales para promover iniciativas de distinto orden. A ellos quiere unirse Chávez, para vergüenza de Suramérica.

Pero la gravedad de los intentos de censurar Internet o controlar su uso no estriba únicamente en la limitación que implica para la vida democrática, sino que afecta el desarrollo de la ciencia, la tecnología y el conocimiento de la sociedad. Por Internet se puede tener acceso, sin costo alguno, a los resultados de las principales investigaciones que se realizan en los niveles de doctorado de las mejores universidades del mundo, lo mismo que a las conclusiones de los principales foros científicos de nivel internacional.

La censura en Internet destruye la democracia y frena el desarrollo económico y social. Incluso la calidad de la información de los medios de comunicación depende del libre uso del Internet. Fue gracias a Twitter y Facebook que el mundo pudo enterarse de los fraudes y la represión que se sucedieron en las elecciones presidenciales de Irán. Para algunos directores de medios en Estados Unidos, el 60% de las fuentes de sus informaciones se encuentran en Internet.

Así que la afirmación de Hugo Chávez no es más que un paso adelante en su propósito de amordazar del todo a Venezuela.

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