martes, 16 de marzo de 2010

Un centavo para completar el peso

Hernán Vallejo*

El Tiempo, Bogotá

Marzo 16 de 2010


Después de más de cuatro años a la espera de la aprobación del TLC con Estados Unidos por parte del Congreso de ese país, el desgaste y la frustración pueden ser una reacción humana natural y comprensible. Pero justo ahora que hay un entorno más propicio, lo que hay que hacer es seguir aportando para facilitar la pronta aprobación del TLC con Canadá en ese país, y seguir apoyando la presentación del TLC al Congreso de Estados Unidos a la mayor brevedad, buscando que ese trámite sea tan expedito como sea posible.

En esto último, el impulso y la determinación del gobierno de Barack Obama van a ser fundamentales. Siendo así, no es evidente que abandonar ahora la estrategia de la paciencia, la prudencia y la perseverancia sea el camino más eficaz, o el más indicado. La indignación expresada públicamente suele ser mala compañía y mala consejera, más aún cuando se trata de asuntos de Estado.

Ojalá que los poderes legislativos de Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea tengan la claridad y la grandeza que se requieren para estudiar lo ocurrido en Chile en los últimos veinte o treinta años, y entender que la inserción efectiva de un país en la economía mundial puede ser un poderoso complemento -y no un sustituto-, de la profundización de la democracia y del avance en la educación, la salud y la protección social de la población más pobre.

Y que entiendan también que dicha inserción puede ser un poderoso complemento -y no un sustituto- para avanzar sustancialmente en el respeto de los derechos humanos, de los sindicalistas y de todos los habitantes de un país, incluyendo los derechos humanos de aquellos que independientemente de su ideología, han seguido la estrategia -desatinada y autodestructiva- de promover sus causas utilizando la barbarie contra sus coterráneos.

Dado que el próximo Presidente de la República jugará un papel central en la aprobación del TLC con la Unión Europea y en la puesta en marcha de los acuerdos con Canadá y Estados Unidos -si es que logramos con pulso y buena letra que esos tratados sean aprobados en dichos países-, es importante que los candidatos a la presidencia de Colombia -comenzando por Gustavo Petro-, también tengan claro todo lo anterior.

Dichos candidatos presidenciales deberían ser conscientes del monumental esfuerzo que se ha requerido para que Colombia tenga hoy la oportunidad de garantizar el acceso comercial real a los principales mercados del mundo, oportunidades que muchos otros países no tienen ni han tenido, y que en un futuro cercano nosotros podríamos dejar de tener.

Después de todo el trecho recorrido para consolidar los acuerdos preferenciales de comercio más importantes para Colombia, sería bueno que no nos vaya a terminar faltando un centavo para completar el peso.

* Profesor de la Facultad de Economía, Universidad de los Andes

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