viernes, 19 de marzo de 2010

Escenario agrícola para 2010

Juan José Perfetti

El Colombiano, Medellín

Marzo 19 de 2010

Las perspectivas de crecimiento del sector agropecuario colombiano para el presente año se encuentran afectadas por varios fenómenos que hacen pensar que el 2010 no será un año de mucho crecimiento sectorial.

Como se señaló en anteriores columnas, durante la pasada década el crecimiento del sector agropecuario colombiano estuvo jalonado por el buen comportamiento de los cultivos no transables, los cultivos exportables diferentes a café y el grupo de pecuarios. Adicionalmente, se mostró cómo, no obstante que durante buena parte de dicha década se dieron condiciones excepcionales de crecimiento de la economía mundial y de la colombiana, el sector agropecuario no respondió de manera vigorosa a un ambiente tan favorable. Por el contrario, el sector contribuyó, hacia el final de la década, a un aumento de la inflación a través de un mayor ritmo de crecimiento en el precio de los alimentos.


Aunque cada vez la economía mundial muestra mayores signos de recuperación, éstos continúan siendo débiles y no son homogéneos entre países. De esta forma, desde el punto de vista de la demanda externa, no cabe esperar para el presente año un ambiente de crecimiento como el que se tuvo en años pasados. Adicionalmente, y aunque Colombia viene haciendo importantes esfuerzos por abrir la economía y diversificar y ampliar los mercados de exportación, los beneficios esperados de esta apertura comercial sólo se verán en el medio plazo, pues a los sectores económicos del país les tomará un tiempo ajustarse y prepararse para esa nueva realidad.


Aunque las proyecciones de los precios de los bienes agrícolas a nivel mundial realizadas por diversas entidades internacionales, como la FAO y la OECD, muestran que dichos precios permanecerán altos por algunos años, no se espera que se presenten alzas súbitas en los mismos y de iguales magnitudes a las observadas en el 2007 y 2008.


De otra parte, la economía nacional también muestra signos de recuperación, pero, al igual que la de muchos países, dicha recuperación se muestra débil. Pero en el caso colombiano, a una demanda frágil se le suma el problema del desempleo que ha venido creciendo, el relativo alto déficit fiscal que obligó a un recorte presupuestal a principios del año y la revaluación del peso, lo que hace aún más improbable que el sector agropecuario enfrente un ambiente económico interno de gran dinamismo.


Para las perspectivas de crecimiento agropecuario preocupan, además, dos fenómenos. De una parte, la revaluación del peso colombiano que afectará negativamente los ingresos y la rentabilidad de los productos de exportación y, por ende, el nivel de actividad de los mismos. Igualmente, la revaluación, al reducir el costo de importación de los bienes agropecuarios, también perjudicará el nivel de actividad de los productos sustitutos de importación. En otras palabras, la revaluación del peso, junto a una demanda mundial débil, hará aún más difícil la recuperación de las actividades transables agropecuarias.


El segundo fenómeno es el intenso verano que ha venido soportando el país y que ya empieza a manifestarse en los precios de algunos alimentos. Es claro que, al menos para el primer semestre del año, la oferta de alimentos se verá perjudicada por el verano. Ello, aunado a los precios bajos de los alimentos que se registraron durante el año 2009, que, por la baja rentabilidad, muy seguramente desalentaron las siembras, hacen muy improbable un aumento sustancial en la producción y la oferta interna de alimentos.


En conclusión, para el presente año las condiciones de oferta y de demanda no le auguran al sector agropecuario colombiano mayor crecimiento y, por el contrario, sí dificultades en varios frentes que deben ser atendidas por el gobierno nacional con premura y diligencia.

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