lunes, 22 de marzo de 2010

Errores que cuestan


José Félix Lafaurie

El Universal, Cartagena

Marzo 21 de 2010


El país suele confundir el debate cuando están en juego intereses políticos grandes. El asunto de los whiskies el día de las elecciones, hecho cierto, sería lo visible de algo más grave: el colombiano de a pie se acostaba con la certidumbre de los escrutinios el día de las elecciones.

No guardaba dudas sobre los resultados. El 14 de marzo fue diferente. ¿Culpa de unos drinks? Creo que no. Hay otros interrogantes que responder para saber qué cosas cambiaron para mal.
Un país surcado por violencias diversas, no puede permitir que se mine la confianza en el sistema electoral que, con todas sus imperfecciones, avanzaba y daba cada vez mejores resultados tras la Constitución de 1991. Antes bien, amerita consolidar sus progresos y limar sus distorsiones, para garantizar un pronto resultado el día de los comicios, más puro y transparente, ajeno a vicios. En otras palabras, volver a contar con un dato pronto, transparente y creíble, cerrándole espacios a la corrupción del día de las elecciones, hasta situaciones indeseables por parte de quienes tienen la responsabilidad de entregar pronto y de manera limpia y eficaz, un resultado.

Desde luego que la Registraduría tendrá que explicarle a los ciudadanos –a quien se debe–, y a las autoridades competentes, sus decisiones infortunadas, empezando por la selección objetiva de contratistas para un proceso tan dispendioso y delicado como los escrutinios.

El contrato interadministrativo, mediante el cual se adjudicó la sistematización del proceso a UNE-EPM –luego de 20 años con “Sistemas y Cómputos”– debió inquietar al Registrador. No dudamos de la experiencia en conectividad de una empresa tan respetable como UNE, pero la integración de soluciones con terceros privados evidenció que su expertise no se hizo extensivo al proceso electoral.

Pero es más, al margen de sus propios intereses, el señor Navas, gerente de Sistemas y Cómputos, dijo que hubo un incumplimiento reiterado por parte de UNE, y ahorros injustificados, y aseguró a la prensa, que en las elecciones del 2006, él adelantó de manera exitosa los mismos procesos que hizo Une en esta oportunidad, pero con dos importantes agregados: menor costo, 25 mil millones, frente a más de 95 mil millones, y lo hizo muy bien.

Y como si ya lo anterior no fuera suficiente, se sumaron las dificultades de muchos colombianos para entender por quién votar y cómo hacerlo asertivamente. ¿Cómo reparar el desencanto de más de 1,9 millones de colombianos que ejercieron un derecho constitucional, pero que a la postre no le fue garantizado ni resguardado?

Por todo lo anterior, la Organización Electoral en su conjunto, con el Consejo Nacional Electoral a la cabeza, como máxima autoridad, tendrá que revisar lo sucedido. Faltó pedagogía y diseño del tarjetón electoral, causante del abultado número de sufragios nulos e inválidos de la jornada.

Nuestra democracia requiere capitalizar esta coyuntura, en un nuevo consenso con todos los partidos y movimientos políticos, para reformar el sistema electoral.

Como decía Harry Truman: una de las virtudes de la democracia, es que sus defectos siempre son visibles, y en los procesos democráticos pueden señalarse y corregirse. A eso debemos apuntarle.

*Presidente ejecutivo de Fedegán

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