viernes, 19 de marzo de 2010

Cuba, con la boca vendadad

Carlos Alberto Giraldo

El Colombiano, Medellín

Marzo 19 de 2010

La situación es grave. Según Amnistía Internacional y otras ONG, en Cuba hay 200 presos políticos, 54 de ellos considerados "de conciencia". Los atropellos contra sus derechos en las cárceles del régimen de los hermanos Castro son permanentes.


El 23 de febrero murió, en el Hospital Amejeiras, Orlando Zapata Tamayo, tras 85 días de huelga de hambre. De 42 años, era un disidente de raza negra y profesión albañil. Aunque estaba condenado a tres años de prisión vio aumentarse su sentencia a 25, acusado de "desacato, desorden público o resistencia".


El miércoles pasado una decena de mujeres del movimiento Damas de Blanco fue detenida por los organismos de seguridad cubanos, que impidieron cumplir su marcha de protesta. Ayer, según Mauricio Vicent, corresponsal en La Habana del diario español El País , la fuerza pública cambió de estrategia y las dejó desfilar por las calles de Habana Vieja y Centro Habana. Los simpatizantes de los Castro las insultaron durante todo el recorrido.


Al margen de los logros en cultura, salud, deporte y educación del régimen -cada vez más discutibles-, la represión política y contra la libertad de expresión en Cuba es una constante. Es ridícula y es a la vez, para los que la sufren, un infierno. Públicamente es imposible hablar mal de Fidel. Es como darle pedradas a Dios. El cubano que osa controvertir, descalificar, despotricar o simplemente burlarse de los Castro en la calle, puede darse por preso. O por lo menos por apaleado y sujeto de seguimiento de los comités barriales de la revolución y de su "secreta".


Vuelvo y digo que es un chiste: ayer la TV cubana transmitió imágenes de las Damas de Blanco y la prensa oficial señaló que ellas reciben financiación de Estados Unidos (¡ja!) y que se prestan para una campaña de desprestigio de la revolución.


El Partido Comunista Cubano, con sus jefes inamovibles y eternos, Fidel y Raúl, parece no percatarse de que el descrédito procede de su propio monolitismo interno y de su intolerancia externa.


Las Damas de Blanco aseguraron ayer, a través de la BBC de Londres, que no son un movimiento político ni una organización de oposición. "Somos sencillamente un grupo de mujeres con un gran dolor y mucho amor por sus familiares (los presos) y la patria. Pero no somos políticas", dijo Laura Pollán.


Yo creería que sí son políticas, lo que no están es rociadas con los ácidos corrosivos y dañinos de la ideología. Sobre todo de ideologías extremas, inflexibles. Están emparentadas con pequeñas y fundamentales causas ciudadanas: tener energía eléctrica, disponer de detergentes, poder comprar lo que requieran en el supermercado, hablar bien y mal de todo y todos (incluido Fidel), organizar movimientos comunitarios sin monopolios, salir y entrar a su país cuando les venga en gana y, tal vez, vestir a la moda.


Lo que pasa es que Fidel y Raúl no se enteran aún de que nada de eso se puede hacer en SU isla, tan mal gobernada, pero tan bien reprimida.

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