viernes, 19 de marzo de 2010

La Universidad para los pobres


Eduardo Durán Gómez

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Marzo 19 de 2010


El Gobierno tiene en ciernes un proyecto de ley que pretende ampliar la cobertura en la educación superior para los estratos 1 y 2, en donde contempla un subsidio de manutención para lograr que en un proceso escalonado puedan ingresar 500.000 estudiantes adicionales de aquí al 2019. El propósito es loable, pero debe concertarse muy bien con las universidades y la misma comunidad, pues la verdad es que la ampliación de la cobertura educativa para el nivel superior en Colombia ha marchado muy lentamente, experimentando un retraso bastante notorio en relación con los demás países.

El proyecto que se pretende presentar debe ser ambicioso, en donde sea posible crear condiciones efectivas que permitan recorrer el camino no transitado y subsanar un flagelo social de enorme magnitud, que ha tenido un fuerte impacto en los niveles bajos de desarrollo hasta la fecha.

De acuerdo con ello, el ICETEX debe convertirse en un superinstituto, con un músculo financiero que represente un porcentaje importante del PIB y que se le respete como tal, para que pueda tener un impacto efectivo en el propósito que se pretende alcanzar.

De otro lado, es necesario pensar en que las condiciones de acceso a esos créditos tienen que ser mínimas, pues los potenciales beneficiarios no pueden garantizar avales a las deudas, porque carecen de patrimonio y también de fiadores que puedan acreditar las operaciones.

También es necesario pensar en que no sólo se pueden garantizar cupos para las personas altamente calificadas, que son las que pueden acceder a la universidad pública, sino que se requiere crear condiciones de nivelación para todos aquellos que no pudieron egresar de un colegio de estándares superiores, para que no se vayan a convertir en unos marginados de las posibilidades que ofrece la educación en ese nivel.

Cuando se habla de subsidios, los que pueden llegar a aprovecharse de mejor forma son aquellos destinados a la educación, pues sus beneficiarios pronto estarán en capacidad de retornar al país, vía conocimiento adquirido, el potencial para apalancar el desarrollo de la forma en que se requiere.

Las fallas que ha venido presentando el ICETEX en los últimos años, en donde se manejan sumas irrisorias y un sistema de garantías asumible sólo por un pequeño grupo de la población, tiene que desaparecer, pues a través de esos mecanismos no es posible experimentar logros ambiciosos.

Es hora de que instrumentos eficaces y de gran impacto, permitan la verdadera transformación en los procesos para alcanzar altos niveles de educación en la población.

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