lunes, 15 de marzo de 2010

El día de elecciones

Editorial

El Mundo, Medellín

Marzo 15 de 2010

Evidenciamos un avance significativo de la institucionalidad, gracias al esfuerzo liderado por el gobierno del presidente Uribe, que el país reconoce y se ha comprometido a mantener.

Como solía hacerlo en el pasado reciente, la narco-guerrilla intentó una vez más amenazar la jornada electoral y coaccionar a los ciudadanos para que se abstuvieran de participar. Ayer, sin embargo, no logró más impacto que el de las noticias sobre el imperio de la paz en la geografía nacional, pues la presencia y acción de la Fuerza Pública frustró sus intentos de coaccionar el proceso. Por otra parte, ayer, como en jornadas electorales del pasado, los corruptos apelaron a mecanismos como la compra de votos, la oferta de favores y el uso de recursos públicos para afianzar sus posiciones. Aunque abundaron denuncias documentadas, las acciones de las autoridades para atenderlas fueron tibias y poco efectivas. Así, en claroscuro, vimos el transcurso de una jornada que marca el año electoral colombiano y que le deja al país trascendentales lecciones.

Aunque en algunas zonas aisladas del sur del país, las Farc intentaron hacer valer su predominio, la verdad es que apenas consiguieron el traslado de algunas mesas de votación, hecho que no generó mayores traumatismos, como tampoco los provocaron algunas escaramuzas en zonas rurales del norte del Cauca, donde en los últimos días se han presentado distintos actos contra la población indígena y la fuerza pública, lo que nos permite pensar que los hechos de ayer no se pueden atribuir a los comicios. El impacto de sus intentos de saboteo se puede medir en que produjeron más alarma algunos dirigentes despistados y las noticias de los grandes medios, que las amenazas de las Farc. En este aspecto, evidenciamos un avance significativo de la institucionalidad, gracias al esfuerzo liderado por el gobierno del presidente Uribe, que el país reconoce y se ha comprometido a mantener, como lo hicieron los partidos que encabezan el favor popular.

Otros hechos afectaron el transcurso de la jornada de ayer y son motivo de preocupación en tanto ensombrecen la democracia. La abstención forzada por las dificultades de los colombianos para entender el voto y la corrupción electoral imponen revisar el proceso electoral y su funcionamiento, así como la capacidad de reacción de los organismos que deberían velar por la transparencia del voto.

Ayer señalábamos como la circunstancia en que se conjugan el voto preferente y la circunscripción nacional, que hemos llamado “circunscripción perversa”, contribuye a desdibujar los partidos y facilitar el caos a la hora de elegir. Informaciones sobre una gran cantidad de votos nulos y alta abstención de ciudadanos temerosos de enfrentarse al tarjetón obligan a pensar en que todavía el país no ha hecho la reforma política que necesita para fortalecer sus instituciones democráticas. No es sano para la democracia que la abstención no se produzca por la determinación consciente de electores que delegan la elección en quienes consideran que tienen la mejor capacidad de decidir, sino que resulte del temor de personas con buen criterio a enfrentarse al tarjetón, como lo expuso el señor vicepresidente, Francisco Santos, al manifestar sus dificultades para manejarlos.

En el proceso previo a la jornada electoral, observadores, partidos políticos y medios de comunicación documentamos actos de corrupción al elector, abusos con los recursos públicos e intentos de fraude. Las denuncias presentadas con oportunidad tuvieron muy pobres resultados en materia de acciones institucionales para detener los ríos de dinero y prebendas que se irrigaron por el país afectando una parte considerable de las curules elegidas. Esta ineficacia contrasta con el rigor de los ciudadanos, que ayer, en novedosa actitud, comenzaron a denunciar desde pequeños incidentes con la publicidad hasta la compra de votos, las actuaciones irregulares de funcionarios públicos o actos de coacción a los votantes.

Ante el balance en claroscuro de una jornada decisiva en el desarrollo de la democracia colombiana, nos sentimos satisfechos porque el país se ha expresado, al menos, con la libertad que le da el no sentirse amenazado por los grupos narcoterroristas que en el pasado impedían a los electores ejercer su opción. De un proceso tan amplio quedan, sin embargo, interrogantes importantes, que procuraremos analizar a espacio cuando se tengan los resultados consolidados por la Registraduría, que avanzaba muy lentamente en el conteo de los votos que ayer se depositaron en Colombia.

No hay comentarios: