lunes, 22 de marzo de 2010

Las pasadas elecciones

Alfonso Monsalve Solórzano

El Mundo, Medellín

Marzo 21 de 2010

Las pasadas elecciones parlamentarias en su aspecto organizativo fueron un desastre que echa por la borda años de trabajo para hacer un sistema electoral eficiente que entregaba resultados en tiempos más que razonables y había mejorado en el diseño de los tarjetones para evitar sus manipulación y fraude.

Los resultados definitivos aun no se conocen. La Consulta conservadora sólo pudo dirimirse el viernes al comenzar la noche, lo que produjo tensiones innecesarias en esa colectividad y el país. Los tarjetones se prestaban para que inescrupulosos los alteraran, y sobre todo, eran tan enredados que el porcentaje de votos nulos creció como la espuma, enterrando con ello, posiblemente, las pretensiones de algunos los candidatos que buscaban el voto de opinión, aquel al que no le hacen los gamonales electorales un cursillo para llenar dichos papeles.

El señor Registrador de la República tiene una inmensa responsabilidad política y técnica en este fiasco, que no puede tratar de ocultar diciendo que el Presidente le está pasando una cuenta de cobro por su actitud frente al Referendo. Eso es querer tapar el sol con las manos, porque si hubiese hecho bien su tarea, nadie le hubiese podido recriminar nada. El desastre organizacional fue un factor de deslegitimación de nuestro sistema electoral, que ya hace a nuestra democracia objeto de burlas en el Exterior y que pone en duda la capacidad de la Registraduría para enfrentar las elecciones presidenciales. Ojalá la investigación iniciada por la Procuraduría General de la Nación arroje resultados.

Esto en cuanto a la organización. Respecto al resultado mismo, habría varias cosas que señalar. Creció el número de votantes, lo cual sería un buen indicio de fortalecimiento del sistema democrático, si no fuese porque existen dudas sobre la forma como se consiguieron muchos de esos votos. Aunque el voto de opinión funcionó parcialmente, con el Partido Verde, por ejemplo, o el caso del exministro Juan Lozano, en el Partido de la U, en términos generales, las maquinarias tradicionales y otras de nuevo ropaje pero de viejo cuño mandaron la parada, ahogando dentro de los partidos a aquellos que no hicieron uso de recursos excesivos y de vicios abominables como la compra de votos.

Sería buena idea que la Autoridad Electoral, la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía estudiaran los dineros invertidos en muchas campañas de candidatos, que por los despliegues realizados gastaron varios miles de millones de pesos, cuando lo que se ganará un parlamentario en los cuatro años de ejercicio no supera los mil millones.

Y aunque nadie es judicialmente responsable por los delitos de sus familiares, es un hecho que llama la atención los abultados dineros que circularon y las participaciones políticas indebidas, que condujeron a votaciones caudalosas para formaciones políticas constituidas por parientes de parlamentarios condenados por parapolítica. Los ojos del país, de los jueces y de la comunidad internacional están puestos en estas personas y con seguridad, serán investigados.

Ante estas circunstancias, hombres y mujeres decentes de distintas colectividades, quedaron por fuera. Gente como Jaime Restrepo Cuartas y Darío Acevedo, del Partido de la U y Oscar Darío Pérez, del Partido Conservador, o Jorge Mejía, del Partido Liberal, por sólo citar algunos, no alcanzaron su objetivo de llegar al Congreso.

Pienso que le harán falta al Parlamento y al país. Especialmente, el doctor Retrepo Cuartas, a quien conozco de cerca y sé de sus brillantes capacidades, vocación de servicio y transparencia. Que un país se dé el lujo de darle la espalda a un hombre como éste produce tristeza y desazón. Llegó el momento de acabar con las microempresas electorales agrupadas en un Partido y dar el paso a las listas cerradas.

A nivel nacional, ganaron la coalición uribista, y, guardadas las proporciones, el Partido Verde; y les fue mal al Polo y al doctor Fajardo; el Partido Liberal apenas pudo mantener su presencia. El doctor Juan Manuel Santos triunfó, pero queda por aclarar que se sigue luego de que Noemí Sanín triunfara en la consulta conservadora. Casi con seguridad habrá segunda vuelta y el reacomodo del uribismo, que incluye al Partido Conservador, será posible, lo que le despejaría el camino a la presidencia. Pero nada está escrito.

1 comentario:

Ashley Smith dijo...

Se ve que hasta el día de hoy, eso no ha mejorado demasiado ya que siguen los problemas!

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