miércoles, 10 de marzo de 2010

De Berlín a Madrid, la izquierda arrodillada ante el terrorismo

Eduardo Mackenzie

Colombian News, París

Marzo 10 de 2010

La extrema izquierda europea está tratando de ayudar a los peores movimientos terroristas del mundo, entre esos las FARC, Al Qaida y los talibanes, haciéndolos pasar por movimientos “populares” que no deben ser combatidos. Como esas formaciones europeas hegemonizan prácticamente los partidos y sectas de extrema izquierda de América Latina, en Colombia algunos “colectivos” están hace rato al servicio de esas operaciones globales.

La estrategia de mostrar a las FARC como un actor “patriótico” y “antiimperialista”, que no debe ser combatido sino que, por el contrario, debe ser invitado a “dialogar” y a aceptar “compromisos” de gobierno, cobra fuerza de nuevo. El impulso viene, una vez más, de las dictaduras de Venezuela y Cuba. Pero no sólo de ellas. Partidos extremistas europeos y partidos comunistas de Latinoamérica, disfrazados ahora en MCB (Movimiento Continental Bolivariano), están totalmente metidos en eso. El documental de propaganda "Las Farc, insurgencia del siglo XXI" fue concebido y realizado por gente del PC argentino. La biblioteca “Manuel Marulanda Vélez” fue montada con patrocinio del Ministerio de la Cultura de Venezuela.

A eso se suman otros signos en Colombia: unos candidatos a la Cámara de Representantes por el Huila piden que se abandone la política de seguridad democrática; un candidato presidencial deja ver que le gustaría dialogar de paz con las FARC; otro se lamenta por la no presentación de disculpas de Bogotá por el bombardeo de un campamento de las Farc en Ecuador. Otros sugieren que Bogotá le entregue los computadores de Raúl Reyes a Rafael Correa.

Esa turbia y bien financiada alianza entre dictaduras abyectas y movimientos políticos que dicen encarnar la “izquierda democrática”, está ya al frente de varias operaciones muy sucias en donde se está mezclando de todo: desde grupos islamistas violentos y activistas del “socialismo del siglo XXI”, hasta traficantes de armas, de heroína y cocaína.

Al mismo tiempo, coaliciones aún más ofensivas y secretas, como la que un juez español acaba de revelar entre ETA y las FARC, quienes estarían preparando desde Venezuela atentados contra personalidades colombianas en España, incluido el presidente Álvaro Uribe, muestra que el “socialismo del siglo XXI” es un animal con decenas de brazos y que está embarcado en una vasta acción internacional, la cual sólo puede ser contrarrestada con acción diplomática, militar, policial y de seguridad de Colombia, en alianza con otros países democráticos.

Veamos lo que ocurrió hace unos días en Alemania y el paralelismo que hay con Colombia.

El 26 de febrero pasado, los 76 diputados de Die Linke, el partido de la extrema izquierda postcomunista, fueron expulsados en bloque de una sesión del Bundestag en la que se discutía el tema de Afganistán. La diputada de Die Linke, Christine Buchholz,quien acababa de llegar de Afganistán, y los miembros de su grupo, alzaron carteles y pancartas y acusaron al ejército alemán de haber matado civiles en un bombardeo de septiembre en Kunduz. En vista de eso, el cristiano-demócrata Norbert Lammert, Presidente del Bundestag, los expulsó (después los invitó a votar la moción que se discutía). Así, por 429 votos a favor y 111 en contra, con 46 abstenciones del Partido Verde, y con el apoyo de la oposición socialdemócrata, fue aprobado el envío de 850 soldados más a Afganistán, lo que eleva el contingente alemán a 5 350 soldados.

Lo interesante es que Die Linke intentó ese día lavarle de nuevo la cara a Al Qaida y a los talibanes. Die Linke declaró allí que la llamada “insurgencia” de Afganistán es “legítima” pues tiene “apoyo popular” y es “parte de la población”. Basados en esa cínica impostura los extremistas alemanes proponen el retiro de Alemana de Afganistán, pues el combate contra Al Qaida y los talibanes, dicen, es “una lucha contra el pueblo”.

Die Linke es de los que quieren retirar a las FARC de la lista europea de organizaciones terroristas y la que pregona que el gobierno de Colombia es una dictadura. Son los mismos que descartan que el régimen de Hugo Chávez tenga lazos con la ETA, las FARC y el terrorismo islámico.

Lo que hace Die Linke respecto del ejército alemán, tiene mucha similitud con lo que hace el Polo Democrático respecto del ejército colombiano. Die Linke acusa a la Bundeswehr de cometer crímenes en Afganistán. Al mismo tiempo, se esfuerza, en Berlín, por amarrarle las manos y dejarlo indefenso ante el fuego de los talibanes. El diario Le Figaro explicó el 1 de marzo pasado que los soldados alemanes en Afganistán sólo “tienen derecho a disparar para defenderse” y no pueden participar en operaciones ofensivas, pues el Bundestag, donde son muy activos los diputados de Die Linke y los Verdes, sólo le “dio al ejército alemán un mandato de ‘estabilización’ y de ‘reconstrucción’ de Afganistán”.

A causa de eso, la seguridad del norte de Afganistán, donde patrullan los alemanes, se degradó. “Lo que necesitamos aquí son soldados que emprendan ofensivas para eliminar a los talibanes, cosa que los alemanes no quieren hacer. Ellos están siempre a la defensiva. Sus réplicas no son fuertes y eso redobla la moral de los insurgentes”, se quejó Mohammad Omar, gobernador de Kunduz, ante el matutino francés. El nuevo ministro alemán de Defensa, Karl Guttemberg, trata de esquivar esas críticas. El quiere crear en Afganistán una generación de oficiales con experiencia de combate capaz de cumplir la misión confiada a la Bundeswehr. Sin embargo, los politiqueros en Berlín se oponen. “Ello se niegan a admitir que aquí hay una guerra y eso desmoraliza a mis hombres”, declaró un joven capitán alemán a Le Figaro. Jan F, un teniente alemán de 26 años, agregó: “Puedo afirmarle que aquí hay una guerra, un conflicto sin líneas de frente claramente definidas, una verdadera porquería”.

¿Qué diferencia hay entre eso y lo que ocurre en Colombia con los llamados “falsos positivos”, diseñados para minar la moral de las tropas que le hacen frente a las FARC? Ninguna. ¿Qué diferencia con los infames procesos sobre el papel del Ejército en el rescate de los rehenes del Palacio de Justicia en 1985? Ninguna. Los jefes del Polo, como sus émulos de Die Linke, tratan de amarrar las manos de los militares que están bajo el fuego de los terroristas. Obsesionadas por la lucha anticapitalista, las dos corrientes quieren destruir la capacidad de combate de quienes están en primera línea de fuego en defensa de la democracia. La cobardía que mostró el gobierno de Zapatero ante las revelaciones del juez Eloy Velasco muestra que la izquierda española no puede hacer cosa distinta, como Die Linke y sus émulos latinoamericanos, a la de arrodillarse ante el terrorismo.

2 comentarios:

MARTA GONZALES dijo...

bueno hoy les digo que todo el pueblo Colombiano se va arrodillar ante la FARc ya que el presidente Santos les entrego el pais, vean como en la Habana los familiares de las victimas se arrodillan ante sus masacradores, solo debemos arrodillarnos ante DIOS.
URIBE, todo esto es culpa suya al habernos dicho que votaramos por el adefecio de SANTOS

MARTA GONZALES dijo...

VEO UN PANORAMA NEGRO PARA EL PAIS QUE PESAR