miércoles, 3 de marzo de 2010

El primogénito

Jose Obdulio Gaviria

El Tiempo, Bogotá

Marzo 3 de 2010


El ciudadano del común acostumbra asociar la trama política con el juego de parqués: quién va primero; quién está en piedra; a quién le comieron fichas; qué alianza mecánica boicoteó el juego de un tercero...

El parqués es competencia simplona, en la que el resultado depende de tirar los dados. ¡No! Las competencias políticas son complejas. Se asocian al ajedrez. En ellas hay movimientos estratégicos que dependen de mil y una circunstancias profundas, y movimientos tácticos, para distraer y engañar. Un jugador puede tomar, feliz, una posición muy valiosa y, cuando se da cuenta, se entera de que cayó en una trampa fatal.

En el debate del referendo, el antiuribismo se metió en la trampa y ayudó a decantar el liderazgo uribista: algunos mostraron su inconsistencia o escasa lealtad, mientras que otros reafirmaron su solidez de principios y fortaleza de ánimo, particularmente para enfrentar al terrorismo.

La propuesta para permitir que en el 2010 pudiera inscribirse Uribe era completamente legítima. Él es fundador y jefe de la corriente política mayoritaria en Colombia; su liderazgo es actual, vigente y positivo. Las tareas políticas y administrativas a las que ha estado abocado requieren continuidad, dada la natural fragilidad de la obra de reconstrucción, luego de que el Gobierno Pastrana nos hiciera ingresar en la humillante condición de Estado fallido (Revista Foreign Policy, julio 2005 y anteriores).

Germán Vargas, el Polo y los liberales unieron su suerte y destino a la consigna de parar el referendo y excluir a Uribe, con lo que creían, ilusos, que les quedaría el campo libre. Sus alfiles, como los germanes (Varón y Navas Talero), boicotearon el proceso legislativo; convirtieron el debate en pleito de leguleyos. Navas presentó denuncias y exigió indagatoria para quien se atreviera a oponérseles.

No entendieron la situación: jugaron parqués, mientras que el uribismo jugaba ajedrez: hizo del debate sobre el referendo una campaña presidencial anticipada. Sin sospecharlo, el antiuribismo alertó a los ciudadanos porque demostró que era factible una maniobra para desmontar la obra de Uribe. El peligro fortaleció y unió al uribismo. Mientras Vargas Lleras, el Polo, las directivas liberales, apoyados por algunos medios de comunicación, orquestaban la campaña contra el referendo, los ciudadanos 'chuliaban' quién sí y quién no se mantenía firme. Por eso, el frustrado referendo dio respuesta a problemas como los siguientes:

1) Si la alternativa era seguir el rumbo o regresar al gobierno de los caguaneros.

2) Si podría haber uribismo sin estar Uribe en la Presidencia.

3) En caso afirmativo, quién era el primogénito o sucesor del fundador del uribismo.

El debate sobre el referendo mostró qué hacer y quién es quién.

1) Los colombianos no aceptarán un nuevo gobierno de los caguaneros. Todos los candidatos que pudieran tener esas veleidades están en el fondo del barril de las encuestas. De hecho, los ciudadanos simplificaron la situación: la mayoría es uribista y la minoría, muy minoría, es antiuribista.

2) Los ciudadanos decidieron que sería muy bueno seguir con Uribe, pero que si las artimañas y componendas de Vargas Lleras, el Polo y la dirección liberal lo impedían, no habría remedio, y elegiríamos a ese primogénito.

3) Las encuestas muestran que el comportamiento de Santos en el debate sobre el referendo le hizo ganar la primogenitura. Ahora, ese mismo debate perfiló a los que serán los seguros personeros del antiuribismo (Petro o Vargas Lleras).

4) Las encuestas advierten y aconsejan al conservatismo mantenerse en la alianza uribista. En ella son puntal y socio principal.

1 comentario:

Unknown dijo...

Bueno,al final creo que terminaron favoreciendolo politicamente mirando al futuro. Yo creo que Uribe demostro muchas cosas al frente de la presidencia pero abrirle las puertas a Estados Unidos me pareció demasiado.Nunca se sabe con ellos lo que puede pasar.