viernes, 5 de marzo de 2010

Igualación sostenible

Editorial

El Heraldo, Barranquilla

Marzo 4 de 2010

Igualación no es una palabra que usemos todos los días. Pero existe y, más que una connotación gramatical, posee una gran carga humana y social. Ser iguales ante la ley es un precepto sagrado de la democracia. Tener iguales oportunidades resulta esencial. Que un pobre cuente con el mismo acceso a la salud que un rico no ha dejado de ser una utopía, pero sin duda lo ocurrido en Barranquilla es un paso hacia el ideal.

En la última semana, el presidente Uribe estuvo dos veces en Barranquilla, y la evaluación inicial que se ha hecho por parte del nivel nacional con respecto a la prueba piloto de la igualación del POS del régimen subsidiado con el plan de beneficios del régimen contributivo arroja un resultado altamente positivo, lo que constituye sin duda un mayúsculo éxito para la administración Char, y en especial para su secretario de Salud, Luis Alexander Moscoso.

Son muchas las razones para este logro.

Como primera medida, Char ha sabido qué hacer en el sector salud desde que llegó a la administración. Demostró que venía analizando la problemática sectorial en el Distrito. Desde su misma posesión tenía claro que debía liquidar a la ESE Redehospitales, entregar en operación la red pública distrital de servicios de salud, repensar el modelo financiero de ejecución de recursos de la estampilla prohospitales y establecer acuerdos de pago con los acreedores. Acertó en quienes se apoyó en el nivel central del Gobierno Nacional para acceder a nuevos recursos, rodeándose de las personas adecuadas para lograr sus cometidos.

Como segundo punto para destacar, recuperó la credibilidad y la confianza del Gobierno central en el manejo de los recursos del sector salud. Este hecho le permitió solucionar el grave problema del fracaso hospitalario más grande del que se haya tenido conocimiento en Colombia, la ESE Redehospitales, que debió ser liquidada sin haber completado el primer lustro de vida por la inviabilidad financiera a la que la condujeron quienes tuvieron la responsabilidad de dirigirla. Esa credibilidad y confianza también le permitió acceder a nuevos recursos para ampliación de cobertura del régimen subsidiado, y ahora a la igualación del POS subsidiado con el del contributivo.

Tercer punto, aunque no menos importante, es la innegable capacidad de manejo de la problemática de salud que tiene quien fue escogido por el alcalde Char para gerenciar la salud en el Distrito de Barranquilla. Luis Alexander Moscoso, nativo de otras tierras, demostró mayores y mejores resultados que los secretarios nativos de esta ciudad, en beneficio especialmente de la salud de los más pobres. Moscoso es una muestra de que sólo con el esfuerzo y las ganas no basta, sino que también el experticio y el conocimiento resultan fundamentales. Alguien le dijo en la campaña al entonces candidato Char que en salud no se permiten curvas de aprendizaje en quienes son delegados para la administración en salud, y Char acertó, Moscoso no tuvo que aprender, sino ejecutar.

Como cuarto punto, destacamos la eficiencia técnica y administrativa demostrada por la actual dirección distrital de salud, que ha permitido generar nuevos recursos para atender a los más necesitados de Barranquilla, al realizar interventorías adecuadas de la contratación del régimen subsidiado con las EPS, recuperando los excedentes no ejecutados de esos contratos. También multó a las EPS del subsidiado que infringieron la normatividad y administró la vigilancia y control sobre los diferentes actores del sector, llegando inclusive a sanciones como el mismo cierre de entidades hospitalarias de orden privado.

Y por último, con la prueba de la igualación del POS del subsidiado con el contributivo, se le permitió al pueblo barranquillero constituirse en pionero del modelo de aseguramiento que equilibra el plan de beneficios de los dos regímenes de salud, y ahora procura garantizar con claros esquemas de control y acompañamiento que ese modelo se traduzca también en calidad de la prestación de los servicios que reciban los habitantes del Distrito.

Debe tener en cuenta la Administración que no todo es color de rosa. Diariamente afloran quejas aquí y allá, y es preciso no dormirse sobre los laureles. Después del impacto inicial, del bálsamo que la ciudad le ha aportado a un presidente apabullado por la Emergencia Social, viene la etapa de sostenibilidad, quizá la más importante de todas.

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