viernes, 12 de marzo de 2010

Acuerdos y crecimiento

Juan José Perfetti del Corral

El Colombiano, Medellín

Marzo 12 de 2010

Con el reciente anuncio del ministro de Comercio, Industria y Turismo sobre la finalización de las negociaciones con la Unión Europea de un acuerdo comercial con Colombia, el país va, día a día, consolidando una estrategia comercial que busca no sólo abrir la economía sino hacer del comercio exterior un muy importante factor de crecimiento.


La literatura económica ha mostrado de manera amplia y profusa cómo el comercio exterior y el crecimiento económico van de la mano en las economías que exhiben las mayores tasas de crecimiento económico. Igualmente, el Banco Mundial ha ilustrado cómo el comercio exterior ha venido creciendo de manera importante en las últimas décadas. Ese crecimiento ha favorecido no sólo a los sectores industriales sino también al agrícola. De igual manera, ha crecido tanto el comercio entre los países en desarrollo y los desarrollados como entre países en desarrollo.


El desarrollo de empresas y de actividades productivas vinculadas al comercio internacional muestra cómo éstas se ven forzadas a adelantar acciones que de otra manera no tendrían el estímulo para hacerlas y que, al final, representan beneficios tangibles y ventajas competitivas para las empresas vinculadas a estos desarrollos. Muchas de las empresas que tienen a los mercados externos como una fuente importante de sus ventas deben, además de mantenerse actualizadas tecnológicamente, impulsar la innovación como un proceso que les permita competir con sus rivales y aumentar su penetración en los mercados. La innovación requiere, adentro de las empresas, una cultura que facilite su desarrollo, de tal forma que ella se convierta en una práctica corriente de las organizaciones y que afecta todas las áreas de gestión de las empresas.


Un ambiente más abierto y dinámico facilita que en los países se desarrollen nuevos sectores y nuevas empresas con mayores niveles de tecnificación y que produzcan bienes con mayor nivel de tecnificación y mayor valor agregado. Un ejemplo del tipo de transformaciones que se dan con la vinculación a los mercados de exportaciones es lo que pasó con la sustitución registrada en el uso del suelo en la Sabana de Bogotá cuando comenzó la producción y la exportación de flores. De unos cultivos tradicionales y poco productivos de trigo y cebada y de una ganadería extensiva se dio paso a un sector dinámico que ha venido creciendo de manera continua y que hoy representa una parte importante de las exportaciones agropecuarias del país, y que compite en los principales mercados del mundo.


Infortunadamente, y según el Informe Nacional de Competitividad 2009-2010: Ruta a la Prosperidad Colectiva, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad a finales del año anterior, Colombia muestra, en relación con el grado de sofisticación de la canasta exportadora, un patrón caracterizado por la ausencia de nuevos productos exportables de alto valor agregado porque las actividades agrícolas e industriales intensivas en mano de obra han perdido participación a favor de las industrias transformadoras de recursos naturales.


Por lo tanto, para que el país le saque el mayor provecho posible a la estrategia comercial que se viene implementando con la firma de acuerdos comerciales bilaterales con diversos países y grupos de países, es necesario que impulse y fortalezca, entre otras actividades, la generación de una cultura exportadora tanto en las empresas como en toda la sociedad colombiana, una mayor inteligencia de mercados que permita la identificación del espectro de oportunidades comerciales que el país está en capacidad de explotar y el desarrollo de los diversos mecanismos y activos que les permitan a los empresarios aprovechar dichas oportunidades. En fin, se requiere que el país desarrolle las capacidades y los recursos necesarios para aprovechar las oportunidades que se derivan de la estrategia comercial.

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