martes, 9 de marzo de 2010

El golpe de Turquía que fracasó

Ibrahim Kalin*

El Tiempo, Bogotá

Marzo 9 de 2010


ANKARA. La exposición del plan concebido por altos oficiales militares (llamado 'Operación Mazo') para desestabilizar al gobierno de Turquía y el arresto subsiguiente de oficiales de alto rango demuestran la creciente fuerza de la democracia turca. Más aún, los esfuerzos de los fiscales por descubrir la verdad no son una campaña para desprestigiar al ejército turco, como plantean algunos; tampoco la exposición de 'Mazo' ha conducido a un enfrentamiento entre "seculares" e "islamistas".


La sociedad y la política turca son demasiado complicadas como para reducirlas a fórmulas así de simplistas. Sin embargo, este es un momento muy serio para Turquía, porque puede marcar un cambio en el país desde décadas de tutelaje militar de sus políticos civiles, y así completar su transición a una democracia con todas sus letras.


Es triste decirlo, pero 'Mazo' es otro supuesto golpe en una serie de intentos por derribar al gobernante Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP), elegido por vez primera en el 2002. De acuerdo con la constitución turca, es ilegal que cualquier entidad de gobierno, incluso los militares, intente derrocar un gobierno electo democráticamente. Si hubiera ocurrido un golpe se habría puesto punto final a las aspiraciones turcas de convertirse en miembro pleno de la Unión Europea.


De hecho, los informes de avances de la UE acerca de Turquía han planteado constantemente el problema del poder desproporcionado del ejército en la política turca, y el que algunos oficiales no parezcan aceptar que se encuentran sujetos a controles civiles. Los tres golpes militares que sufrió el país en 1960, 1971 y 1980 no dieron ni estabilidad ni prosperidad al país. El "golpe blando" de 1997, por el cual un gobierno electo democráticamente fue obligado a abandonar el poder por los militares, dejó profundas cicatrices en la sociedad turca. Las encuestas muestran que una abrumadora mayoría de los turcos respeta al ejército sólo cuando se mantiene en sus cuarteles.


Según las evidencias reunidas por los fiscales turcos, se han hecho cuatro intentos de golpes, llamados "Sarýkýz", "Ayý¿ý¿ý", "Yakamoz" y "Eldiven", desde que el AKP llegó al poder. El 27 de abril del 2007, las Fuerzas Armadas Turcas emitieron una declaración oponiéndose al candidato a presidente Abdullah Gul, viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores en ese momento, advirtiendo que, si se elegía a Gul, Turquía descendería en el caos. Este intento de intimidación fracasó, y Gul ganó.


El General Yasar Buyukanit, jefe de las Fuerzas Armadas Turcas en ese entonces, admitió recientemente que él mismo escribió el memorando del 27 de abril. El 14 de marzo de 2008, el Fiscal Público en Jefe abrió una investigación que apuntaba a cerrar el AKP sobre la base de que violaba la prohibición constitucional de promover la religión. Sin embargo, el caso estaba motivado casi enteramente en consideraciones políticas e ideológicas, con evidencia reunida a partir de recortes de periódicos y editoriales antigubernamentales.


'Mazo' es el intento de golpe más reciente que se descubre, y data del 2003. Según el periódico turco 'Taraf', al que se filtraron los detalles de la trama, se creó u plan de 5.000 páginas para crear el caos en Turquía al quemar mezquitas, derribar un avión griego y hacer arrestos en masa a quienes se opusieran al ejército. La idea era preparar el terreno para que los militares se tomaran el poder.


Algunos críticos descartan estos planes como "juegos de guerra" que no se deben tomar muy seriamente. Lo mismo dijeron los altos oficiales militares acerca de otra trama llamada "Plan de acción contra el fundamentalismo religioso", creado por el coronel Dursun Cicek. El 26 de junio del 2009, el jefe del Consejo de Generales, general Ilker Basbug, llamó al Plan de Acción "sólo un pedazo de papel". Ocho meses después, un comité militar que investigaba el caso concluyó que el plan se había creado, en efecto, para dañar y desacreditar al gobierno del AKP.


Si nada de lo explicado arriba constituye una violación de los principios democráticos, uno se pregunta qué puede serlo. Ningún país democrático permitiría ese tipo de intervenciones por parte de su ejército, sean cuales sean las circunstancias.


Sin embargo, los críticos insisten en equivocarse acerca de la causa de origen de estos planes e iniciativas. Intentan mostrarlas como un enfrentamiento entre el "APK islamista" y los secularistas amantes de la democracia. Daneil Pipes, polemicista estadounidense, ha ido tan lejos como apoyar los golpes militares de 1960, 1971, 1980 y 1997, argumentando que "en cuatro ocasiones, entre 1960 y 1997, el ejército intervino para reparar un proceso político que se había salido de control".


El hecho de que estas intentonas hayan sido descubiertas es un claro signo de madurez de la democracia turca. La investigación legal en curso no es un enfrentamiento entre islamistas y secularistas, ni una campaña para desacreditar a los generales turcos. Son parte de un proceso de normalización, de afianzamiento del control civil absoluto sobre el ejército, y de confirmación del principio de que nadie está por sobre la ley.


*Asesor político en jefe del Primer Ministro turco Recep Tayyip Erdovan. Copyright: Project Syndicate, 2010. Traducido del ingles por David Meléndez Tormen

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