martes, 9 de marzo de 2010

Preparémonos para recoger los escombros

Edmundo López Gómez

El Universal, Cartagena

Marzo 9 de 2010


Comparto la opinión del congresista Roy Barreras: la decisión del Consejo Nacional Electoral de que el gobierno designara alcaldes ad hoc para reemplazar a los que tengan vínculos de parentesco con candidatos al Congreso, fue tardía.

“Resulta lamentable esa determinación”, dijo Barreras, “porque a menos de 10 días para las elecciones de Congreso los cuatro alcaldes implicados que deberán delegar sus funciones ya hicieron la campaña a favor de sus familiares” (El Nuevo Siglo .05-03/2010).

La decisión del CNE no fue solamente tardía, sino negligente, y acaso merecedora de un proceso disciplinario, si el Procurador se amarrara los pantalones, o si la Fiscalía indagara sobre las actividades de algunos funcionarios durante el proceso electoral para favorecer, por vías torcidas, a sus parientes candidatos.

Puedo demostrar que el CNE conocía de esos vínculos inhabilitantes de tiempo atrás y que nada hicieron para que los alcaldes y otros servidores públicos con esa misma tacha, no permanecieran en sus cargos. Se hicieron los de la vista gorda y aún más: en varios casos resolvieron que esos funcionarios podían seguir en sus cargos.

¡Vaya falacia! Acordarse de la medicina cuando el enfermo está anestesiado en el quirófano, parece un ejercicio propio de idiotas.

Pese a esas omisiones intolerables, el CNE es objeto de burlas. Como acaba de ocurrir con la gobernadora de Córdoba, quien después de las medidas adoptadas por el CNE, designó para reemplazar al Alcalde de Montelíbano -quien había sido destituido por la Procuraduría-, a un hermano de un candidato al Senado de la República y para más señas, su Secretario de Hacienda. ¡Fruta tan podrida no se había cosechado jamás en la viña del Señor!

Queda claro, entonces, por una parte, que los reflejos morales del CNE están atrofiados, y, por otra parte, que en el Departamento de Córdoba, hay una gobernadora y varios alcaldes blindados por la impunidad.
No les pasará nada, ni a aquellos magistrados negligentes ni a la gobernadora descarada, ni a los alcaldes corruptos. Como tampoco ninguna autoridad tomara nota de que la madre del Alcalde de Montería, ha sido la candidata favorita del joven mandatario y a quien éste prodigó abundantes pruebas de amor filial durante todo el proceso electoral.

Con semejante tolerancia de hechos irregulares, oportunamente advertidos, ninguna persona que se respete podrá decir que las próximas elecciones del 14 de marzo serán limpias o transparentes, porque el propio CNE no se ocupó de que se dieran “plenas garantías” y porque, cuando se quisieron otorgar, llegaron tarde.

Todos los colombianos estamos de acuerdo en que jamás se había dado tanto derroche de dinero en una campaña electoral. Agrego yo: en los tiempos de los “paracos” éstos financiaban candidatos a corporaciones públicas y a otros cargos de elección popular, desde la clandestinidad. Ahora, los financiadores lo hacen a cielo abierto, desde gobernaciones y alcaldías.

Es difícil decir dónde se encuentra el epicentro del sismo moral que sacude a Colombia. Puedo dar testimonio, sin embargo, que sus réplicas se han sentido en Córdoba con intensidad devastadora y que después del 14 de marzo no tendremos otra alternativa que recoger los escombros…

*Ex congresista, ex ministro, ex embajador.

No hay comentarios: