lunes, 8 de marzo de 2010

El miedo de España a Chávez

Mauricio Vargas

El Tiempo, Bogotá

Marzo 8 de 2010


Daban pena ajena las declaraciones de voz temblorosa del ministro de Relaciones Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, a propósito de las gravísimas revelaciones de un juez de la Audiencia Nacional en Madrid, que destapó cómo funcionarios chavistas ayudaron a la Eta a juntarse con las Farc para que la Eta aprendiera a usar los tristemente célebres cilindros bomba, y para que la banda terrorista les hiciera el favor a las Farc de matar en territorio español al ex presidente Andrés Pastrana y al presidente Álvaro Uribe.

Moratinos nunca ha sido un hombre brillante. De hecho, en su propio país le dicen el ministro 'Desatinos'. Pero una cosa son las limitaciones del cerebro y otra muy distinta la incapacidad para cantarle la tabla a un gobierno que, como el venezolano, terminó por darles una mano a dos de las organizaciones terroristas más sanguinarias del planeta, para que maten en España. ¿Sabe Moratinos que hay cientos de niños que han muerto por los cilindros bomba que las Farc ahora le enseñaron a usar a la Eta?

Lo grave es que sí, que lo sabe, pero que prefiere cuidar los intereses de sus amigos en las multinacionales españolas con inversiones en Venezuela -que mojan los pantalones de sólo pensar en que Hugo Chávez los mande a expropiar- a ponerse del lado de las víctimas del terrorismo y en contra de sus verdugos.

Lo grave es que sabe que aliadas, las Farc y la Eta pueden hacer mucho más daño, y todo con la ayuda de la gente de Chávez. Pero Moratinos y sus amigos de la industria militar española se mueren del susto de que el teniente coronel les deje de comprar millones de dólares anuales en armamento. Cómo será el miedo que le tiene Moratinos, que no se atrevió a criticar a la Cuba de los Castro, protegida de Chávez, tras la muerte del valeroso disidente Orlando Zapata.

¿Qué tal que Uribe le hubiese contestado al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, como le contestó Chávez? Zapatero se atrevió a decir que Madrid le pediría "explicaciones" a Caracas por lo sucedido. Chávez contestó con cuatro pedradas, diciendo que España todavía se creía en tiempos de la conquista, y con un juego de palabras en que confundía a la Audiencia Nacional -uno de los más respetados órganos de la justicia española- con la Real Audiencia de tiempos de la colonia. Zapatero no reviró y, en cambio, Moratinos llamó por teléfono a Chávez a brindarle él explicaciones. No contento con eso, Moratinos dio a entender ante los medios que Zapatero se había equivocado, y lo corrigió al asegurar que Madrid no pediría "explicaciones" a Chávez sino sólo "informaciones". ¡Qué vergüenza!

A los demás países del Tercer Mundo que carecen de la chequera de Chávez -bastante mermada pero aún poderosa- les toca un trato diferente. A Colombia, España y otros gobiernos europeos le cantan la tabla por el tema de derechos humanos. A Chávez, que acabó con lo poco de democracia que había en Venezuela, le agachan la cabeza sin importar si por el camino cierra medios de comunicación, encarcela opositores o sirve de enlace entre los asesinos de las Farc y los de la Eta. Es una doble moral escandalosa.

Por fortuna, en un arranque de dignidad, la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, una simpática despelucada que parece ser la única voz con personalidad en el blandengue gabinete de Zapatero, se apartó de la cobardía de Moratinos y le dijo a Chávez que respetara. Claro que al poco rato la mandaron a callar. Es una lástima que le hayan prohibido al Rey que volviera a hablar sobre Chávez, después del inolvidable "por qué no te callas" de noviembre del 2007. Seguro que el Rey sí le habría parado el macho al teniente coronel, como no fueron capaces de hacerlo ni Zapatero ni Moratinos.

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