lunes, 8 de marzo de 2010

Igualación del POS

Ulay Beltrán

El Heraldo, Barranquilla

Marzo 8 de 2010


Desde el primer día de febrero de este año, los barranquilleros y los que no lo son pero que residen en este Distrito y que pertenecen a la población pobre y vulnerable que se encuentra afiliada al régimen subsidiado de salud, reciben como beneficios en salud las mismas atenciones, procedimientos e intervenciones que reciben quienes están afiliados al régimen contributivo en todo el país.


Esta igualación del POS como se ha llamado a esta nivelación de contenidos de los planes de beneficios de ambos regímenes de salud, hace parte de un sistema de salud que se fundamenta en un servicio social de carácter solidario. La pregunta que surge a ese respecto es: ¿hasta cuándo podrá funcionar un sistema de salud solidario sin la responsabilidad de quienes en Barranquilla son sujeto de beneficio de este modelo? En otras palabras, ¿no es en principio cada persona que está en el régimen subsidiado y que ahora recibe los servicios del POS contributivo también responsable en sí mismo de su autocuidado en salud?


Estas reflexiones deben motivar el inicio de una campaña urgente de concientización del sector salud y el sector educación para sensibilizar desde los colegios a la población infantil y juvenil que están en el régimen subsidiado en temas como la observación de “buenos” hábitos alimenticios, la prevención de la obesidad, el respeto a la sexualidad, la prevención del sedentarismo y la promoción de la salud mental. Todas estas son acciones que no son costosas pero sí generadoras de ahorro en términos de gasto en salud en una ciudad como la nuestra.


Al usuario de los servicios de salud en Barranquilla que recibe beneficios que antes no recibía ni pensaba recibir por ahora y que pudiera con esa “novedad” animarse a hacer un inadecuado uso de estos nuevos servicios, hay que inculcarle que cuando se consulta al médico sin necesidad, se le quita la oportunidad a otra persona de ser atendida oportunamente y que cuando va a un servicio de urgencias sin ameritarlo, le resta la oportunidad a otra persona que sí lo necesita realmente para recibir esos servicios.


Estos usuarios deberán comprender que no se deben sobreutilizar los servicios de consulta externa, como tampoco vender los medicamentos que reciben para sus tratamientos para tener así “nuevos” ingresos y que si ellos no se encargan de preservar este modelo de beneficios, sus hijos en el futuro podrían no recibirlos. Si la dirección distrital de salud ha dispuesto de “caminantes de la salud” para prevenir la enfermedad, promocionar la salud e identificar factores de riesgo en las casas asignadas a su cuidado, estos usuarios del régimen subsidiado deberán ser ahora “acompañantes de la salud” de los primeros, para optimizar el impacto de los recursos invertidos en el modelo.


Así las cosas, los usuarios del régimen subsidiado en Barranquilla deberán demostrar que desde su individualidad le apostarán al autocuidado de la salud y a la prevención y control de los factores de riesgo y que no demandarán innecesariamente servicios de salud para que el modelo siga viable financieramente y así no ingresen también a la lista de responsables de las crisis financieras que se han venido viviendo el sector salud en Colombia.

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