Francisco Javier Saldarriaga
El Colombiano, Medellín
Marzo 11 de 2010
Durante 8 años hemos tenido un Presidente que muchos otros pueblos se quisieran y es que el trabajo serio, estratégico, decidido y valiente dio resultados gigantescos que muchos de quienes ahora están de plácemes por el hundimiento del referendo, no han querido valorar en su justa medida.
La recuperación de la dignidad nacional, el optimismo, la economía, el incremento del cubrimiento en los servicios de salud, el aumento de la cobertura en la educación, la seguridad, la confianza de inversionistas y ciudadanos del común, el turismo internacional y muchos otros, son logros que durante estos años hemos disfrutado.
Uno de los ahora entusiastas candidatos a presidir los destinos de Colombia, tiene un eslogan que pretende seducir a los votantes cuando promete: "Mejor es posible".
El talante de este señor se puede identificar con personajes que en circunstancias muy específicas pudieron tener ascendencia mundial como cuando De Gaulle, durante la guerra de mediados del siglo pasado afirmo: "Francia soy yo". Ese prohombre, en su momento, representó el espíritu indomable y necesario para las circunstancias que atravesaba su país. No creo que ahora sean aceptadas esas posiciones tan radicales y mesiánicas.
También hace suyos los afanes de combate a todas las organizaciones delictivas y afirma que no tendrán ni un minuto de descanso para defenderse de las fuerzas institucionales. Creo que eso ha sucedido durante estos 8 años y no veo nada mejor en el asunto propuesto. Estas personas en su orgullo nunca ven la realidad y se inventan, para alimentar su egocentrismo, situaciones que solo ellos se creen.
Extraño que, con contratos viejos hagan escándalos nuevos y asuman el papel de inquisidores, si así como suena, puesto que si tuviesen la potestad de echar a la hoguera a quienes son el blanco de sus ataques, así lo harían. Qué miedo nos generan esas actitudes radicales de este personaje y muchos de sus seguidores que tienen el mismo corte en su comportamiento.
Dios los cría y ellos se juntan, se podría concluir mirando los nombres de quienes pretenden acceder al Congreso en compañía o mejor, apoyando al candidato que promete el cambio radical y que durante el tiempo que apoyó al actual Gobierno, lo hizo motivado por los cargos burocráticos que detentaron sus seguidores.
"Muerto el ahijado, acabado el compadrazgo". Las lealtades fueron espurias como normalmente se han dado en la tradición de la política. Eso no es nada nuevo ni un cambio notorio.
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