sábado, 17 de octubre de 2009

¡Ojo... mucho ojo con Sucumbíos!

Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellín

Octubre 17 de 2009

Los colombianos, y muy especialmente el gobierno del Presidente Uribe, no podemos pecar de ingenuos.


El ataque sistemático y calculado del Ecuador a Colombia y a sus funcionarios ante la prensa, la opinión internacional y los organismos multilaterales no es improvisado y ocasional.


El presidente Correa tiene derecho y tiene razón al pedir todos los detalles y todas las explicaciones al gobierno colombiano sobre el bombardeo al campamento en donde murió el jefe guerrillero Raúl Reyes.


Pero a su vez, Colombia y la comunidad internacional tienen el derecho a saber cómo, por qué, desde cuándo y con la complacencia de quiénes, existían y existen campamentos de las Farc en territorio ecuatoriano.

Tenemos el derecho a saber si en verdad el ex ministro Larrea actuaba con conocimiento y a nombre del presidente Correa en sus varios encuentros con Raúl Reyes.


Debe explicar el presidente Correa, si estos encuentros se dieron en territorio ecuatoriano, con su conocimiento y aceptación.


No le echemos tierra, en aras de las buenas relaciones entre países hermanos, a todo lo encontrado en los computadores de Reyes y que involucran a funcionarios de Correa y a él mismo.


No olvidemos las declaraciones afectas a las Farc y la reticencia a calificarlas de terroristas.


Reitero, el Presidente Uribe debe dar las explicaciones pero ello no exime al presidente Correa a dar las que le son propias.


Es que el juez de Sucumbíos y el fiscal, no pueden estar actuando solos.


Ecuador, perdón, su gobierno, ahora vestido de oveja, sigue encerrando al lobo que miró con odio en aquella reunión de Honduras.


No nos digamos mentiras, el próximo paso del juez de Sucumbíos será la orden de captura y la solicitud de extradición del propio Presidente Uribe. Para allá van.


Si varios juristas colombianos han expresado que tanto el juez como el fiscal ecuatorianos están desbordando el derecho internacional y extralimitándose en sus funciones, vale la pena ya, inmediatamente, denunciarlos ante los organismos o los jueces pertinentes.


La diplomacia tiene mecanismos para atender las reclamaciones de Correa. El doble juego es una puñalada marranera.


No dejemos crecer este problema. Que se actúe con prontitud, serenidad y firmeza: ojo, mucho ojo con Sucumbíos.

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