sábado, 12 de septiembre de 2009

"Un pacto de silencio”

Por Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellin

Septiembre 12 de 2009

¿No les parece que cada día se nos enrace más el ambiente en el país?

Nos estamos contagiando de intolerancia, de odios, de apasionamiento dañino, de lucha de egos.

No es clara ni la conducta, ni las motivaciones de los diferentes poderes públicos.

Se arropan con la cobija de la Constitución, pero dentro de las sábanas pareciera que se cocinan otros intereses.

Con toda la razón el Procurador General de la Nación hizo esta semana un fuerte llamado a la sensatez.

Y de verdad, si lo que quieren es cumplir con la Constitución que juraron defender, lo único que tienen que hacer, porque así se los manda ella, es ser independientes pero trabajar armónicamente.

No se les puede olvidar que el mandato supremo que tienen es lograr el Bien Común.

Pero toda esta animadversión y controversia no se circunscribe al Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La oposición ha estado más virulenta que siempre.

César Gaviria, que ha sido un hombre más bien frío y calculador, literalmente se ha salido de madre.

Se ha paseado por todos los medios de comunicación, para despotricar, insultar, acusar y hasta difamar.


En su boca no ha quedado títere con cabeza.


Pero como un consueta, su precandidato liberal favorito, Rafael Pardo, le ha hecho la segunda.


Pardo, un hombre ponderado, serio y ecuánime, se contagió del virus.


Ante toda esa andanada, respondió el ex presidente Pastrana.


En una carta dura, durísima, le recordó a Gaviria que como presidente tuvo conocimiento previo de los narcocasetes y nada hizo, guardó silencio.


Además nos reveló algo que no conocía el país: que el entonces Ministro de Defensa, Rafael Pardo, le había propuesto en su propia casa y delante del jefe de campaña de Pastrana que hicieran "un pacto de silencio".

Por Dios... querían que nada se supiera de esa terrible página de la financiación del cartel de Cali a la campaña Samper.


Cuando se tiene "rabo de paja" por sus propios actos, uno escupe para arriba y le cae en la cara.


¿O fue que la propuesta del silencio también se hizo a sus espaldas?


Mientras más cerca estemos de la contienda electoral el tono de los agravios será mayor.


Y en vez de propuestas escucharemos insultos e incriminaciones.


En medio de ellos, alguna que otra verdad que no conocíamos, saldrá a la luz.


Y ante esa verdad, no cabe ningún pacto de silencio.

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