domingo, 10 de enero de 2010

Los y las neutrales

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Enero 10 de 2010

No sé qué fue peor si el asesinato o la excusa. Alegar que solo querían hacer un juicio político al gobernador, reafirma la tesis de que no hay camino distinto que enfrentarlos a bala hasta lograr que se sometan a la Ley de Justicia y Paz.

Imposible dialogar con una organización criminal que considera legítimo irrumpir a sangre y fuego en un hogar, arrancar de su familia a un señor de 69 años, matar fríamente a un policía y herir a otros dos para lograr su objetivo, degollar después a su rehén al sentirse acorralados, y todo por llevarlo ante sus supuestos tribunales.

Y qué decir de las voces que suplicaron a las Farc que reconocieran la autoría de su última salvajada. Era evidente, dada la forma y lugar donde se produjo, que solo ellos podían realizarlo. Pero siguen existiendo bobos útiles, dentro y fuera de estas fronteras, que aún creen que esa banda de delincuentes tiene escrúpulos y motivaciones políticas.

Algún día se darán cuenta de que no les importan ni los contrarios ni su propia gente. Porque al prontuario de 'Alfonso Cano' tenemos que agregar la veintena de guerrilleros dados de baja por las Fuerzas Militares en el campamento del Meta; no incluyo a los cabecillas, que murieron en su ley, sino a los jóvenes que se alistaron engañados, que son utilizados como carne de cañón y que sufren una existencia esclavizante, desgraciada.

Por eso, y por el respeto que merece la labor de Colombianos y Colombianas por la Paz, sorprende su último comunicado:

"Expresamos nuestra inquebrantable voluntad de aunar esfuerzos para que Colombia transite rápidamente en mecanismos que permitan el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario por parte de los actores involucrados en el conflicto armado, como un mecanismo para humanizar la guerra, mientras se encuentran los espacios para la negociación política y la construcción de la paz" (copiado de Semana).

En cristiano puro significa que se declaran neutrales en el conflicto. Ponen al mismo nivel a las Farc que al 98 por ciento de ciudadanos que las rechazan, y a los policías y militares que los combaten para cubrirnos las espaldas. Pese a encontrar aberrante su postura, es un punto de vista permitido y por eso no entiendo que recurran a un lenguaje confuso, casi que vergonzante. A diferencia de ellos, pienso que las Farc conquistan espacios a golpe de matanzas, secuestros y narcotráfico, que mordieron la mano que les tendimos y que ya no merecen ninguna consideración adicional.

El mundo democrático erró su estrategia frente a esas bandas terroristas. Creyó ver generosidad donde solo había cobardía de la sociedad; toleró la combinación de formas de lucha como una expresión política más, mientras los pistoleros, que tenían nítido el fin que perseguían, se alimentaron de nuestra sangre y nuestros miedos, de la certeza de que tarde o temprano cederíamos porque somos incapaces de unirnos frente a la barbarie y porque siempre habrá quienes los comprendan y justifiquen.

Pero el terrorismo no se confronta solo con balas. Mientras la Justicia siga en pañales, sin recursos suficientes y sin mucha credibilidad, no avanzaremos. Es inadmisible que dejen libre al sindicalista de Fensuagro y a sus seis compinches, capturados en el campamento del 'negro Antonio', por vencimiento de términos. Cualquier día se fugan. O que suelten a los militares implicados en los falsos positivos porque también excedieron los plazos del nuevo sistema penal acusatorio. Absurdo pensar que en solo tres meses pueden cerrar los expedientes a tantos acusados de procesos complejos.

NOTA. Craso error del canciller darle una importancia que no tiene a un documental chimbo. Pasará desapercibido si no le arman bulla. Más bien exhiban en el exterior la estremecedora serie de lienzos del pintor opita Mario Ayerbe sobre el secuestro de su paisana Consuelo González. Impactan más que un libro.

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