martes, 28 de abril de 2009

Calvo y su aventura en un avión de Air France

Por Eduardo Mackenzie

27 de abril de 2009

 

Buenas razones deben tener las autoridades estadounidenses para haber prohibido el sobrevuelo de su territorio a un Airbus de Air France que cubría el 18 de abril de 2009 la ruta entre París y México. La presencia a bordo de un exilado colombiano, Hernando Calvo Ospina, que no oculta para nada sus simpatías por el terrorismo de las Farc, motivó esa rarísima y preventiva decisión.

 

Horas antes de aproximarse al espacio aéreo estadounidense,  el avión fue informado de la decisión y tuvo que hacer, en efecto, un amplio viraje y una escala imprevista en Fort de France, para no cruzar el territorio de los Estados Unidos. Todo por que el nombre de Calvo Ospina, como nos confirmó en París un vocero de Air France, figuraba en la llamada “no fly list”, elaborada tras los atentados del 11 de septiembre.

 

Horas después del incidente, Hernando Calvo, quien es un periodista que admira los regímenes cubano y venezolano, escribió para la agencia TeleSur su primera versión de lo ocurrido. Allí admitió que el copiloto le había informado que él era la causa del  incidente y que sería interrogado por las autoridades locales cuando terminara el vuelo.

 

El plan de Calvo consistía en seguir, luego de hacer una escala técnica en México,  hacia Managua, donde debía reunir elementos para redactar un artículo para Le Monde Diplomatique,  mensual francés donde publica de vez en cuando sus “análisis”.  Tras ser interrogado por policías mexicanos, Calvo fue dejado en libertad. Horas después, una campaña para denunciar la “paranoia” del gobierno norteamericano y ese “nuevo atentado”  contra la “libertad de expresión”, inundó las salas de redacción de la prensa occidental. El diario comunista francés L’Humanité protestó en una nota publicada el 27 de abril. La AFP informó por su parte que Air France “estudia actualmente las vías de recurso ante la Transport Security Agency (TSA)”.

 

Lo ocurrido el 18 de abril fue un episodio raro. Pero el hecho en si es menor. Por una vez, un  protegido agitador  del antiamericanismo irracional, y del antiuribismo más obtuso, fue incomodado durante un viaje de turismo revolucionario.

 

En su relato, Hernando Calvo se autodefinió como un "periodista honesto y objetivo". El criticó, además, el hecho de que Washington haya podido considerarlo como una persona "indeseable y peligrosa", y que se le haya impedido entrar al territorio y al espacio aéreo norteamericano.

 

Sin embargo, a renglón seguido, él dejó ver el fondo de su pensamiento  al decir que él considera que gobierno norteamericano es “terrorista”.  El periodista “objetivo” siempre ha dicho, por otra parte, que el gobierno del presidente Uribe, elegido dos veces por el pueblo, también es  “terrorista”.

 

Lo más curioso es que la talibanesca declaración de Calvo sobre el gobierno norteamericano, fue ocultada por las agencias de prensa y por los periódicos que escribieron sobre lo del desvío del avión, retomando al mismo tiempo, y casi al pié de la letra, el manifiesto de Calvo. El texto completo de éste  fue difundido rápidamente por la página web de Rebelión, un grupo extremista europeo que recoge dinero para las Farc, por lo que éste ha sido condenado por jueces daneses.

 

Hernando Calvo Ospina es escritor. El ha firmado un libro sobre la “salsa” y otro sobre un famoso alcohol cubano. Sobre el tristemente célebre narcotraficante Pablo Escobar, muerto en una balacera con la policía de Medellín en diciembre de 1993, Calvo redactó un ensayo (Don Pablo et ses amis, Editions EPO, Bruselas), que oscila entre el rechazo y la fascinación por ese criminal, quien profesaba, como Calvo, un odio feroz contra los Estados Unidos.

 

Desde su refugio en Francia, y bajo la dirección de su conmilitón Maurice Lemoine, Hernando Calvo escribe los artículos más lunáticos y violentos contra Colombia. En Le Monde Diplomatique, el primero afirmó, hace unos años, por ejemplo, que el presidente Uribe había pedido, en enero de 2003, una invasión de Washington a Colombia “similar a la del Golfo pérsico”. Ese tipo de falsificación ideológica es moneda corriente en la controvertida publicación, biblia por momentos de las minorías más sectarias de Europa occidental.

 

Los temas recurrentes en los escritos de Calvo son Uribe y el ex presidente  Bush, el supuesto “terrorismo de Estado”  y los militares colombianos, tratados éstos  con los peores epítetos. Cada texto de él es una variante exaltada  sobre lo mismo. Para Calvo, los paramilitares de extrema derecha son súcubos del poder ejecutivo y del Ejército colombiano. En cambio, las Farc, son una angelical e independiente “oposición armada” que sólo pretende  “desestructurar la gobernabilidad”.

 

La negación de la realidad es uno de los defectos del notable periodista. El 4 de marzo de 2008, tras la muerte en Ecuador del  número dos de las Farc, Raúl Reyes, por tropas colombianas, Calvo asombró a sus interlocutores al asegurar, en un debate en la televisión dirigido por Loick Berrou, que las Farc “no son una organización narcotraficante”. A sus contendores, entre los que yo me encontraba, Calvo explicó que los secuestros cometidos por las Farc no son un crimen, razón por la cual él no pidió allí la liberación de los rehenes.

 

Tras la muerte de su jefe, las Farc dijeron, y Hernando Calvo lo repitió en ese debate, que el gobierno colombiano había eliminado a Reyes pues él estaba "a punto" de liberar a Ingrid Betancourt y “en diálogos” con emisarios franceses, cosa que Bogotá desmentía. Con la declaración de Laurent Wauquiez, vocero del gobierno francés, quien confirmó que tales contactos no existían, la operación de desinformación se fue a pique.

 

¿Qué nuevas “revelaciones” está preparando ese “periodista objetivo” con su viaje a México y Nicaragua?L’Humanité asegura que Calvo fue a Managua a presenciar  un aniversario más de la “revolución” sandinista. ¿Eso es todo? En Managua vive la mexicana Lucía Morett, quien fue herida en el campamento de Reyes. Ella fue exfiltrada de Ecuador por los servicios de Daniel Ortega, ex guerrillero sandinista y actual presidente de Nicaragua. Un comité que pretende entablar una demanda penal contra Colombia por la muerte de los activistas mexicanos que se encontraban en el santuario de Raúl Reyes obra en esa región.

 

Los Estados Unidos no parecen querer bajar la guardia en materia de seguridad.  Al incluirlo en la famosa lista, las autoridades de Washington dejaron ver que saben algunas cosas  acerca de Hernando Calvo. Este adoptó por el momento un perfil bajo. Le Monde Diplomatique anunció que responderá con un tremendo escrito. Buena suerte.

 

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