El Mundo, Medellín
Abril 12 de 2009
En estas mismas páginas de El Mundo sus periodistas han denunciado hechos comprobados como los siguientes: asesinato de un ex estudiante el jueves 12 de marzo que fungía de pertenecer y asistir a la universidad y que fue tiroteado por un sicario. Robos a mano armada, inmunidad de un sector territorial que sirve para el expendio y consumo de estupefacientes llamado “El Aeropuerto” porque allí aterrizan jíbaros y usuarios que toman vuelo virtual.
Hurto agravado para arrancar un cajero bancario automático. Robo de los extinguidores que estaban instalados para combatir la eventualidad de un incendio. Atracos a oficinas y estudiantes para arrebatarles computadores portátiles. Y se dice, además, de las violencias sexuales en los servicios sanitarios de varones y damas. En la U de A no se logra el clima necesario para el fin que fue creada por la epidemia de artefactos explosivos, bombas papa, que casi todos los días explotan bajo la consigna de que los encapuchados ultras están ahí vivos y actuantes “contra la universidad pública, contra la burguesía, contra el imperio y contra el establecimiento”. Son parte del inventario de la institución, como lo son las arengas y cacerolazos, con parlantes de 20.000 vatios, en el patio rectoral que no permite laborar a las funcionarias y personal administrativo, pues duran varios días de 6 am a 8 pm.- Como puede colegirse, nuestra universidad emblemática no es propiamente una guardería. Pero debe advertirse que en las dependencias físicamente independientes del campus central estos graves problemas no se presentan. Los pronunciamientos de autoridades como el Secretario de Gobierno Municipal y del Gobernador de Antioquia deberán ser acogidos por el Doctor Uribe y hacer los cambios en las vice rectorías y en su política que coadyuven a buenos fines y no confundan la libertad de expresión de los ciudadanos de bien con la intimidación terrorista y la delincuencia común amangualados.
La seguridad universitaria debe tener como base la conciencia y la participación organizada de los estudiantes y profesores demócratas y civilistas. El burocratismo de las agremiaciones internas y su seudo neutralismo las convierte en organizaciones endogámicas al servicio de minorías. La seguridad universitaria es ante todo un problema de las fuerzas actuantes del Alma Mater en concordancia con el Estado, el verdadero Páter de la democracia que financia a la universidad con el dinero de todos nosotros: 600 mil millones de pesos/año. En su seno la U. de A. posee su propio veneno, pero también su suero salvador, si la voluntad del Consejo Superior y del Rector trielecto se lo proponen.
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