sábado, 18 de abril de 2009

Narcotráfico y Farc en Ecuador

Editorial

El Mundo, Medellín

Abril 17 de 2009

Veremos qué dice su “Comisión de la Verdad”, nombrada por el gobierno Correa, acerca de lo que hacían ‘Reyes’ y sus conmilitones en Ecuador.

Esta semana se conoció una noticia que mereció amplio despliegue de la prensa ecuatoriana y que aquí fue registrada por el diario El Tiempo, gracias a su corresponsal en Quito, pero no tuvo mayor repercusión en los demás medios, no obstante su inmensa importancia por tratarse de un documento que se suma a los hallazgos de los computadores de ‘Raúl Reyes’ en el develamiento de los nexos de autoridades del vecino país con la guerrilla de las Farc y de la manera como se les entronizó el terrorismo y el narcotráfico en su territorio mientras los últimos gobiernos, especialmente los de Palacio y Correa, se obstinaban en negar semejante realidad. 

Se trata del informe preliminar de la comisión técnica de “Solvencia Moral e Independencia”, conformada por ex oficiales del Ejército y liderada por el ex director de movilización de la misma institución, coronel en retiro Patricio Haro, para investigar “la verdad de lo que sucedió antes, durante y después” del ataque del Ejército colombiano del 1 de marzo del 2008 al campamento de las Farc en Angostura, provincia de Sucumbíos, en que murieron ‘Reyes’ y otras 24 personas. Lo interesante del trabajo de Haro y sus colegas es que actúan con absoluta independencia del Gobierno y en forma paralela a la llamada ‘Comisión de la Verdad’, conformada por orden del presidente Correa, la cual viene sesionando desde hace un mes sin que se conozcan resultados de sus pesquisas. 


Según el documento de los ex oficiales del Ejército, el informante colombiano Vidal Martínez habría entregado la información de la presencia de ‘Reyes’, así como de las rutas ecuatorianas para el tráfico de estupefacientes que irían desde Lago Agrio, El Conejo, Palma Roja y Puerto Nuevo hacia Santo Domingo, Bocana del Búa, Esmeraldas, Santa Elena y San Lorenzo, en el Pacífico. Para los autores de la investigación está plenamente confirmado el establecimiento de ‘santuarios’ del narcotráfico y la insurgencia en el Ecuador. “La presencia de elementos colombianos en el interior del país, especialmente en el sector de la Bocana del Búa, de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas (a 200 kilómetros de Quito),  así como las acciones de adoctrinamiento y entrenamiento militar en los que aparecen miembros de la ONG Aldhu (Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos) y José Ignacio Chauvin, el ex subsecretario de Gobierno, subalterno del ex ministro Gustavo Larrea, confirmarían el establecimiento de santuarios del narcotráfico y la insurgencia”, reza textualmente el informe.
 


En otro apartado del informe, citado por la corresponsal, se menciona al ex general René Vargas Pazzos, ex Jefe del Estado Mayor del Ejército, ex ministro de Energía del Ecuador y actual embajador de su país en Venezuela, anotando que “tiene una propiedad de selva virgen, en la que según un informe de la Policía Nacional se habría dado cabida a colombianos para su capacitación, refugio y entrenamiento, convirtiéndose en un santuario para la insurgencia y el narcotráfico”. Una de las conclusiones más sorprendentes de la comisión de ex oficiales del Ejército es que en agosto de 2004, con base en un exhaustivo trabajo de inteligencia sobre los movimientos de ‘Raúl Reyes’ en el Ecuador, se había ordenado un operativo para capturarlo en el sitio Sevilla, de la provincia fronteriza de Sucumbíos, pero un cambio intempestivo e “injustificado” del equipo humano que debía ejecutarlo frustró la operación. ¿Tendría que ver en ello el poderoso general Vargas?
 


Ayer se conoció otra noticia, que tomamos del diario El Comercio, en el sentido de que la infiltración de las Farc en las Fuerzas Militares y de Policía y en otros organismos del gobierno de Ecuador viene por lo menos desde hace nueve años. La revelación fue hecha por el coronel Haro, presidente de la Comisión de “Solvencia Moral e Independencia”, en entrevista con radio Quito, en la que amplió algunos aspectos del informe de marras. “Al inicio de 2000 se produce esa infiltración y por lo menos unos 50 elementos y miembros de Fuerzas Armadas y de Policía han sido comprados, y han sido infiltrados por las Farc y el narcotráfico... Estamos demostrando en este informe con pruebas, con fotografías, con hechos, que hubo esa infiltración en estamentos del Estado, y en organizaciones sindicales, de derechos humanos, de trabajadores”. Según Haro, un jefe de finanzas de las Farc le confesó que había pagado 15.000 dólares a un juez militar y otros 5.000 a un fiscal para que archivaran una investigación por contrabando de armas oficiales a ese grupo. La Fiscalía tiene que actuar de oficio e investigar”, concluyó el oficial en retiro.
 


Fiel a su estilo de que la “mejor defensa es el ataque” y previendo seguramente que el informe de la comisión independiente no sería favorable a su gobierno, el presidente Correa corrió a descalificarla antes de que esta produjera sus resultados, vinculándola a un sector de la oposición que, según él, busca desprestigiarlo antes de las elecciones generales del próximo 26 de abril, en las que, como se sabe, aspira a ser reelegido. Ayer, en una entrevista al Canal Telecosta, de Esmeraldas, Correa dijo que estaba muy preocupado con la seguridad en la frontera norte. Aclarando que hablaba “como Presidente y no como candidato”, dijo: “Tenemos paramilitares, a las Farc, al ELN, a las Aguilas Negras, a narcotraficantes, a delincuencia común colombiana, que cometen delitos en Ecuador y luego se refugian en Colombia, donde no hay ningún control por parte del gobierno colombiano”. Eso se llama “invertir la carga de la prueba”.


Veremos qué dice su “Comisión de la Verdad” acerca de lo que hacían ‘Reyes’ y sus conmilitones en Ecuador. Por lo pronto, creemos que no va a tener más remedio que tomar en cuenta los resultados de la comisión independiente, porque ésta nunca tuvo como objetivo competir con la oficial sino acercarse a la verdad de manera objetiva y sin condicionamientos.

 

 

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