lunes, 20 de abril de 2009

Secuestrados al menudeo

Por Jaime Jaramillo Panesso

El Mundo, Medellín

Abril 19 de 2009


La última salida de las Farc la contiene un comunicado que publica su agencia de noticias en la red que se origina unas veces en Estocolmo y otras en Caracas.

Dicen sus principales aspectos: 1. Pondrán el libertad al suboficial Pablo Emilio Moncayo como muestra de su interés humanitario y la paz. 2. Esa acción es fruto de las peticiones de dos presidentes de naciones limítrofes con nuestro país, Ecuador y Venezuela. 3. El procedimiento será el mismo que el anterior, por lo tanto señalan a la dirigente liberal Piedad Córdoba como la cabeza de la comisión que reciba al plagiado. 3. Analizan la propuesta del Presidente Uribe de cesar acciones militares durante cuatro meses y responden señalando que ello es posible si el cese al fuego es bilateral, es decir, que la Fuerza Pública haga lo mismo. Añaden que los grupos paramilitares también deben cesar los actos de guerra contra las Farc. 4. Se complacen con la Iglesia Católica quien por boca del cardenal Rubiano coincida con ellos en no estar de acuerdo con la reelección del Presidente. 

Con cabeza fresca veamos cada uno de los temas atrás enunciados. 1. Dejar en libertad al suboficial Moncayo, después de once años de secuestro, no es un acto humanitario, sino una jugada política al estilo acostumbrado por la guerrilla que monta pantallas de propaganda con las víctimas para conmover a la opinión pública, mientras que el fondo de la cuestión es otro. Al encender los resortes de sentimiento nacional de apoyo y solidaridad con Moncayo, el Secretariado lo usa como señuelo, no solo para tratar de que su imagen mejore, sino que sus verdaderos objetivos tengan un halo de credibilidad. 2. Para entregar al secuestrado las Farc habilitan a Piedad Córdoba que de esa manera va consolidando su personalidad política como alternativa a la candidatura del Presidente Uribe. Además complementan la cortesanía electoral con el paraguas protectivo de Chávez y Correa, lo cual indica que todo el tinglado obedece a la conformación de una corriente “bolivariana” en acción. 3.- El almendrón, es decir, el tema de fondo, aparentemente es el cese al fuego durante cuatro meses propuesto por el Jefe de Estado colombiano. ¿Las Farc lo aceptarían si Uribe en lógica simétrica, suspendiera sus operaciones contra esa guerrilla? Si así ocurriera, debemos saber que es una etapa de no hostilidades entre las partes para una de dos: A)- Gobierno y Farc inician diálogos para ir más allá del ilusorio intercambio humanitario. Así se podría abrir camino quizás para una mesa de paz. B) El cese temporal de fuego se utiliza para rearmarse la guerrilla, consolidar el gobierno el Plan Patriota y las Farc tener un respiro en su aislamiento y derrota política. Esta última alternativa no le conviene en absoluto a la nación colombiana. 

Si las Farc dan un viraje en sus propuestas tácticas a corto plazo y no insisten en repetir que nunca conversarán sobre paz con el gobierno de Uribe. Que prefieren esperar un próximo Presidente que les sea más cercano y débil, es porque el plan A de coadyuvar a la elección de alguien de su simpatía no es viable. Entonces iniciarían un plan B, ante la posibilidad más cierta de seguir Uribe en la Presidencia. Este plan sería más realista y por eso lanzan la respuesta del cese bilateral de fuego. Por ahora lo que se observa es la utilización simultánea de las dos tácticas, con la manipulación rastrera e inhumana de uno de los secuestrados como señuelo o mampara de sus intereses.

 

 

 

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