viernes, 3 de abril de 2009

Cuéntenme una de vaqueros

Por Francisco Javier saldarriaga A.

El Colombiano, Medellín

Abril 3 de 2009

Hace más de un año se incautaron los computadores de las Farc; en días pasados una explicación proveniente de las Altas Cortes pasó desapercibida y a medida que pasa el tiempo, si no se cuestiona, quedará como la razón lógica para dejar de hacer lo que ya debieron realizar: llamar a indagatoria a los múltiples implicados en la Farcpolítica, descubiertos en esos computadores. Se supone empezaron porque llamaron al Ministro de Defensa, no se sabe con qué intenciones.

La explicación de la que hago mención era más o menos ésta: la documentación es tan extensa que hay que estudiarla toda para poder decidir, si se llama o no a dar explicaciones a los implicados.

No voy a sugerir que se empiece a fusilar mientras llega la orden, pero estoy seguro de que muchas de las informaciones que allí reposan tienen suficientes elementos para decidir si se llama o no, a muchas de las personas que se mencionan.

Cuando se empezó a hablar de la parapolítica, el acervo probatorio era similar al que ahora tienen los magistrados; el afán fue tal que llamaron y detuvieron a personajes, que posteriormente salieron a la libertad; estos altos jueces buscaron la manera de llevar a juicio y condenar sin haber terminado de cotejar las informaciones, contenidas en los computadores incautados a los delincuentes de turno.

Ahora la cosa es a otro precio, pues de hacerlo pueden ser tachados de estar a favor del establecimiento, (como diríamos los comunistas de los años 60) y es que es muy posible que muchos de los mencionados sean miembros de los partidos de oposición y esto no es muestra de ¿imparcialidad?; es que ante el mundo y ante las ruidosas organizaciones de izquierda, que dicen defender los derechos humanos, es inaudito que se llame a juicio a un integrante de esos partidos, puesto que con esto se está coartando o mejor, se pretende silenciar a los opositores.

Los delitos son eso, y nadie está libre de que lo llamen a responder por ellos, si los comete. Otra cosa es que los jueces estén seriamente amenazados para proceder en justicia y ahora con este sancocho del DAS, es posible que quieran hacer ver que las amenazas provienen de fuerzas oscuras de organismos del Estado, cuando éstas de tiempo atrás proceden de esos grupos terroristas que quieren hacerse con el poder en Colombia. Me surgen varias preguntas: ¿Es por miedo?, ¿deseo sincero de aplicar cabalmente las leyes?, ¿intereses particulares?, ¿hacer un mandado?, ¿no alborotar un avispero superior, en tamaño, al de la parapolítica?, ¿cuantas preguntas más habrá?

Añadido: ¿Quién pagará la demanda, en caso de ganarla, del senador Guillermo Gaviria Zapata, cuando ésta fue a raíz de la detención arbitraria ordenada por la Corte Suprema de Justicia?

 

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