viernes, 3 de abril de 2009

Chávez, ¿totalitarismo total?

Editorial

El Colombiano, Medellín

Abril 3 de 2009

El sueño de Chávez ha sido lograr un total control sobre su país. Las últimas medidas económicas no conjurarán la polarización y el descontento. Sin embargo, lo más delicado para los venezolanos sería perder lo que les queda de democracia. El modelo chavista es demagógico y populista, ya casi un totalitarismo total.

En Venezuela se está extinguiendo el Estado de Derecho. Paso a paso Hugo Chávez, ha ido estructurando un gobierno totalitario. Inicialmente propuso un referendo popular para aprobar una reforma constitucional e instaurar su modelo de socialismo. Claro, que bajo su particular manera, para poder así controlar la libre expresión, establecer la reelección indefinida presidencial y nacionalizar los hidrocarburos, entre sus más importantes deseos. El pueblo, en forma sabia, le dijo NO en diciembre de 2007.

Pero a Chávez poco le importan las negativas y los "formalismos" legales. Hizo caso omiso de la voluntad popular que negó la reelección perpetua del Presidente, una medida a su medida, e insistió en ella. El 15 de febrero de este año sometió de nuevo a votación el referendo para la presidencia vitalicia, logrando el triunfo por una mayoría del 54,8 por ciento, luego de la presión de una aceitada maquinaria oficial.

Y si bien Chávez está autorizado para someterse a nuevas elecciones que le permitan gobernar hasta su muerte, aún no puede cantar victoria, pues le faltan años de difícil administración. Máxime ahora cuando la crisis económica mundial ha agudizado la que él produjo en su propio país y se ha visto obligado a dictar urgentes medidas económicas de ajuste al desbarajuste.

Chávez está usando todo su poder para acomodar el Estado venezolano a su concepción totalitaria. Así interpretamos la reforma que ha hecho a la Ley Orgánica de Descentralización, modificación que busca dirigir al poder central los recursos y algunas competencias que han estado en manos de los gobernadores y alcaldes. Es el último paso de su estrategia totalitaria, hecho alarmante por la concentración de poder en dos únicas manos, las suyas.

Quitó a los mandatarios locales el control de las carreteras, de los terminales aéreos y marítimos, para transferirlo al poder central. Gobernadores y alcaldes se han declarado "en emergencia y en rebeldía contra la centralización y la persecución política del gobierno". Ayer, el antiguo aliado militar de Chávez y ex ministro de Defensa, Raúl Baduel, fue detenido por las fuerzas del Estado, por presunto enriquecimiento ílicito.Y el principal líder de la oposición y alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, ha tenido que resguardarse al sentirse amenazado por las acusaciones que cursan contra él también por un supuesto enriquecimiento ilícito.

Además, todo parece indicar que las últimas medidas económicas de Chávez no conjurarán la polarización y el descontento. Al contrario: el incremento en el IVA del 9 al 12 por ciento puede tener un efecto negativo, ya que es un impuesto regresivo e impone presiones a la clase media. La reducción del gasto público en 6,7 por ciento, a través de recortes en los salarios de altos oficiales y de gastos suntuarios, no es suficiente para cubrir el déficit fiscal. Entonces, podría llegarse a recortes en proyectos de inversión pública en infraestructura, lo que afectaría aún más el crecimiento económico y ocasionaría mayor malestar ciudadano.

El dominio de Chávez sobre su país se debilitará al extremo si no logra conjurar la crisis económica. Sin embargo, lo más delicado para los venezolanos y la región sería perder lo que les queda de democracia. El modelo chavista es una expresión demagógica y populista, ya cercana al totalitarismo total.

 

 

 

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