lunes, 20 de julio de 2009

Bases norteamericanas

Por Humberto de la Calle

El Espectador

Julio 19 de 2009

La decisión del gobierno de impulsar nuevos desarrollos en materia de cooperación con los Estados Unidos en narcotráfico y terrorismo mediante el uso de bases militares con propósitos de inteligencia es acertada y conveniente.

En lo interno, aunque las organizaciones criminales han sido golpeadas, la verdad es que se nota una renovada actividad por parte del las Farc. Han logrado capotear el vendaval y han llevado a cabo un importante proceso de reingeniería. Y el narcotráfico sigue. No comparto la tesis de Claudia López sobre la irrelevancia de la acción militar de las Farc. Me quedo con la interpretación de León Valencia, su compañero de viaje académico, quien sostiene que hay un cierto renacimiento de la guerrilla.

Es claro que la Constitución ordena consultar al Consejo de Estado. En efecto, esto obliga no sólo para el tránsito de tropas, sino para el estacionamiento de buques y aeronaves. El concepto del Consejo no es obligatorio para el Gobierno. En cambio, no hay necesidad de acudir al Senado. Primero porque no hay propiamente tránsito de tropas con fines militares en otro país, que es el origen de la norma. Y segundo, porque todo esto se hace al amparo de acuerdos vigentes.

En lo internacional, la retórica encendida va a ser incendiaria. Ya Evo llamó traidor a la patria a Uribe. El tema de la soberanía es sensible. Pero la verdadera soberanía desemboca en un esquema mínimo de seguridad humana para los habitantes. Quien la pone en riesgo no son los Estados Unidos, sino los grupos armados que han gozado de cierta protección allende las fronteras.

Habrá que hacer un esfuerzo diplomático para hacerle entender al vecindario que no hay propósitos agresivos internacionales en esto, como lealmente creo que no los hay. Pero de todos modos, allá en el confín de su temperamento, Chávez no respeta al que se agacha. Así las bases no tengan que ver con la revolución bolivariana, él dirá y creerá que sí. Mejor que lo crea. Hay un importante elemento de disuasión.

No pienso que esta plausible decisión el Gobierno vaya en contravía de los nuevos desarrollos que ahora se discuten en la cuestión de la droga, a instancias de importantes pronunciamientos de algunos ex presidentes, Cardozo y Gaviria entre ellos. Lo que se ha planteado es una visión de salud pública en materia de atención al adicto, algo que comparto. Pero a nadie se le ha ocurrido que, con legalización o sin ella, Colombia deba amilanarse frente a poderosas bandas que arriesgan a tomarse el Estado. Es una materia distinta e imperativa.

El gran y desagradable sapo de todo esto es el de la inmunidad para militares y contratistas. Las niñas violadas en Melgar por marines claman al cielo. Ojalá se pudiera establecer un sistema semejante al tratamiento de los delitos militares de nuestras fuerzas. En caso de actos cometidos en ejercicio de la función militar, pues que juzguen los tribunales norteamericanos. Pero debería rescatarse la jurisdicción colombiana al menos para los delitos comunes cometidos por fuera de los cuarteles.

Todo esto es impopular. Habrá vestiduras rasgadas a tutiplén. Pero este asunto debe mirarse desde una perspectiva estratégica, en un contexto latinoamericano de terrorismo cuya primera víctima es Colombia.

1 comentario:

roger vallejo dijo...

COLOMBIA ES TAN GENEROSA Y GRANDE con la libertad de expresiòn, QUE DOS VECES AL AÑO SE CELEBRA EL DIA DEL PERIODISTA.

Es lo mismo que decir que el artìculo 20 de La Carta Magna tiene dos fiestas; està supergarantizado el derecho a la libre expresiòn.

Uno de los Días es el 4 de agosto. La Ley 918 lo declaró como el “Día del Periodista y Comunicador”, en conmemoración de la primera publicación de la “Declaración de los Derechos del Hombre”, realizada el 4 de agosto de 1794 por Antonio Nariño, Precursor de la Independencia.

El presidente Álvaro Uribe Vélez sancionó la Ley 918, también conocida como “Ley del Periodista”. , el 16 de diciembre de 2004.

La otra fecha es el 8 de febrero. “nos enseñaban que el Día del Periodista se celebra en Colombia el 9 de febrero, en memoria de aquel dia de 1791 cuando circuló el Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de Bogotá, primer semanario en la historia de Colombia, fundado y redactado por don Manuel del Socorro Rodríguez. Excarpintero de familia, nacido en Bayamo, Cuba, el 15 de abril de 1756.

Rodríguez llegó a Santafé con el virrey José de Ezpeleta (1789-1796), exgobernador de La Habana, quien lo trajo impresionado por su inteligencia y lo nombró director de la Biblioteca Nacional. En ese cargo inauguró el periodismo en Colombia. Y así, ¡el Padre del periodismo colombiano es un cubano! “. Lo dice la memoria de un inolvidable periodista.

QUE TRISTEZA PROFUNDA VER EN LAS “HONDURAS Y GUATEMALAS” en que anda la libertad de expresiòn en Venezuela y Ecuador. No quiero nombrar a mas paìses, para no entristecerme mas.

ROGELIO VALLEJO OBANDO
Economista Universidad Externado de Colombia.

Asesor consultor proyectos educativos para el ejercicio de Ciudadanìa.