El Mundo
Julio 23 de 2009
El coronel-Presidente Hugo Chávez llamó el martes, muy de madrugada, a Venezolana de Televisión para declarar a los cuatro vientos que “ahora los yanquis quieren montar en Colombia cuatro bases militares... Dicen que no son bases yanquis, sino bases colombianas, pero van a estar allí permanentemente, lo cual nos va a obligar a revisar las relaciones con Colombia”. Dijo además que “esas bases son una amenaza para Venezuela porque abren la puerta a quienes nos agreden constantemente y preparan nuevas agresiones contra nosotros”. Con parecida verborrea antiimperialista y haciéndole coro a su comandante, reventaron con la misma grosera intromisión en los asuntos de Colombia los socios de la “Revolución del s. XXI”, Morales, Correa y Ortega.
Como ya es costumbre,
Nosotros insistimos en que Colombia no tiene por qué dar explicaciones a los vecinos ni a ningún gobierno extranjero sobre sus decisiones soberanas y, menos a Chávez, que no escucha sino lo que le conviene y que ayer arremetió con más virulencia en su mal disimulado propósito de involucrar a nuestro país en un supuesto “cuadro de agresión contra Venezuela”. El diario caraqueño Últimas Noticias recogió la andanada amenazante proferida por el coronel-presidente contra sus homólogos Obama y Uribe, adobada con ese toque de fanfarronería propio de su carácter: “No se vayan a equivocar con nosotros porque les saldría el tiro por la culata. A nosotros no se nos amedrenta”. El “cuadro de agresión”, según sus palabras, se compone de “la llegada a Colombia de miles de soldados yanquis” para operar las bases militares; del informe del Congreso de EEUU que señala que Venezuela es “un narco Estado” y de las declaraciones de la directora para América Latina y el Caribe de
Difícil saber qué tanto se traducirá el cínico y fanfarrón discurso del coronel Chávez en represalias concretas contra nuestro país, como las de comienzos de 2008, pero el Gobierno colombiano debería responderle con entereza y absoluta claridad varios puntos. En primer lugar, el acuerdo de colaboración con EEUU en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico no es de ahora sino de muchos años atrás, se ajusta a nuestras leyes y a los tratados internacionales, no implica tránsito de tropas extranjeras ni compromete a otros países. En segundo lugar, que demuestre que las acusaciones que le hacen son falsas y no involucre a Colombia en sus pleitos con EEUU, cuyo Departamento de Estado sabrá porqué considera que su falta de compromiso con la lucha antinarcóticos puede llevar a Venezuela a convertirse en un “narcoestado”; ni en su pleito con Israel, cuyos servicios de inteligencia son altamente reconocidos en todo el mundo y sus pruebas tendrá de la infiltración del régimen iraní en Latinoamérica, en regiones apartadas de
Y en tercer lugar, que cumpla los acuerdos comerciales suscritos con Colombia, empezando por el de abril pasado, según el cual permitiría la importación de 10.000 automóviles, luego de la drástica restricción de principios del 2008 al comercio bilateral, pues nada tienen que ver la industria automotriz ni los demás exportadores colombianos con la supuesta confabulación contra su Gobierno.
Si el mismo coronel Chávez señala a quienes lo están atacando, que sea lógico, por esta vez, y “revise sus relaciones” con ellos.
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