jueves, 30 de julio de 2009

Sigamos con las alianzas

Por Gabriel Harry H.

El Colombiano, Medellín

Julio 30 de 2009

Hay que volver sobre el tema, considerando que no hay instalación de bases norteamericanas en Colombia, por el contrario, son bases colombianas que podrán operar de mutuo acuerdo los gringos en Colombia, solicitadas por el gobierno norteamericano, para su uso, autorizadas por el gobierno colombiano, donde se busca dotarlas con la última tecnología, como fue en su momento "Tres Esquinas", equipos e instalaciones, que además del conocimiento, ayudarán a nuestra Fuerza Aérea y en el futuro serán nuestras.

¡Bienvenida la alianza!


A la opinión pública no se le debe desinformar por el hecho de militar o actuar en orillas diferentes a la del primer mandatario de los colombianos; el país es el beneficiado, no el Presidente. Definitivamente la insensatez de las minorías colombianas, que son la oposición, le causa mucho daño a la patria. No ocultemos nuestros males, solos no somos capaces de controlarlos, menos acabarlos.


¿Qué tienen que ver las alianzas con amigos de la democracia y los malos entendidos de nuestros vecinos, protectores de algunas naciones con necesidades suplidas por ellos a cualquier costo y con las necesidades de sus pueblos? ¿Por qué sus relaciones con otros países europeos, árabes o asiáticos no son criticadas por nosotros? ¿Por qué quieren mezclar nuestras relaciones, con la parte comercial o diplomática de países tradicionalmente hermanos?


Hay muchas cosas ocultas que no alcanzamos a conocer, pero algún día, ojalá no lejano, se destapen. Decían los viejos "Tanto va el cántaro al agua, que al fin se quiebra", eso le ha pasado a nuestro país con los vecinos? aguantar, aguantar y aguantar; ¿Hasta cuándo?


La contaminación con guerrilla, narcotráfico y terrorismo, está cantada y por eso muchos de nuestros vecinos y beneficiados, la montan contra Colombia; este es un país transparente, democrático, donde las libertades son todas, observen no más la libertad de prensa, donde maltratan y golpean donde más duele a las personas, en muchas ocasiones los efectos de ese trato injusto recaen contra nuestra patria, eso es lo que les gusta "en río revuelto, ganancia de pescadores".


La parte diplomática, jurídica y la operacional en el caso de las alianzas, es algo que estudian lógicamente los expertos, para conseguir los mejores acuerdos y resultados; otra cosa es el manejo que se dé a los infractores residentes, operarios o contratistas que operarán en Colombia.


No es la primera vez que estos tratados se hacen entre naciones amigas. Analizando el pasado, lo que es cierto es que los resultados son buenos y al terminar el convenio, es bien importante lo que nos queda.


Acordémonos de la Alianza para el Progreso, en el pasado.


Miremos el Plan Colombia del 2000 hasta hoy.

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