miércoles, 22 de julio de 2009

Vientos de tormenta

Por Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Julio 21 de 2009

Soplan vientos de tormenta en la esquina de Suramérica. El grupo conformado por Chávez, en Venezuela; Correa, en Ecuador; Evo, en Bolivia, y Ortega, en Nicaragua, no esconde su beligerancia contra Colombia. A quien consideran la punta de lanza de los Estados Unidos en el continente, que debe ser aislada y mantenida con un control riguroso que ya está en desarrollo.


La situación de nuestro país no es precisamente color de rosa. Estamos afectados por dos situaciones que provocan temor y repulsión: el narcotráfico y la guerra interna que crean situaciones tan peligrosas y complicadas como la de Ecuador. Que ahora parecen estar llegando a un punto de no retorno por las relaciones del número dos de las Farc, el ‘Mono Jojoy’, sobre la ayuda de ese grupo al mandatario Correa para llegar a su cargo.


El presidente Ortega, de Nicaragua, tiene un viejo encono contra nuestra nación y está en la idea de ‘recuperar’ San Andrés y Providencia para su país. De otro lado, Ortega es un ultra izquierdista de muchas campanillas y Uribe no es hombre de sus simpatías. Como tampoco lo es de Correa, Evo o el líder del grupo: Chávez, en Venezuela.


El resto de países del sur procura mantenerse alejado del diferendo de Colombia y países vecinos. El mito de la unidad continental es letra muerta. Cada quien protege sus intereses y a los demás que se los lleve el diablo. Brasil, que podía ser el país mediador en una situación que se agrava visiblemente, mantiene una posición de lejanía con Colombia. Que por largo tiempo nada hizo para mantener relaciones cercanas con una nación de tanta importancia en América del Sur. Esa ha sido una falla que apenas trata de remediarla. Al sur del continente está Argentina -otro país clave-, con el cual Colombia ha mantenido lánguidas relaciones.


¿Qué pasará en el futuro con Ecuador? Esa es la pregunta de los mil millones. Por el momento, las cosas han tomado un giro más que inquietante. Eso de la ayuda de las Farc al Presidente ecuatoriano exige una explicación clara, irrebatible y contundente. De no ser así, nadie puede pronosticar lo que vendrá en el futuro.

Colombia no es una ‘Banana Republic’ y tiene derecho a manejar sus relaciones externas como lo estime su Presidente, con el respeto debido a su soberanía. Es preciso una explicación inequívoca, que ojalá se produzca en el menor tiempo posible.

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