Por Alicia Eugenia Silva
El Tiempo, Bogotá
Julio 28 de 2009
Los problemas de Bogotá se agravaron con la elección del primer alcalde del Polo y la de Carlos Gaviria como director del partido. Hoy, el poder de congresistas como Jaime Dussán se ha magnificado a niveles que la mayor parte de los bogotanos e, incluso, un sector del Polo consideran intolerables.
Carlos Gaviria, Luis Garzón, Jaime Dussán y Abel Rodríguez, entre otros, venían de colaborar, cada uno a su manera, con el último gobierno liberal de Colombia. Quizás por eso mismo lograron que los liberales bogotanos votaran por su candidato, ayudados por la adhesión a Samuel Moreno de Alfonso López unos meses antes de morir.
Así, dirigentes y votantes liberales compensarían la sequía burocrática y contractual y olvidarían los años durante los cuales en Bogotá se buscó el bien común sin politiquería y con argumentos.
El magistrado Carlos Gaviria, como miembro de
Con la llegada de Moreno a
Al comienzo del actual gobierno, corría el rumor de que los votos del alcalde se correspondían un 30 por ciento al Polo, un
El sector de izquierda más radical del Polo justifica su alianza con el sector más turbio, que ellos llaman "pragmático", sobre el supuesto de que, como los líderes quieren un río grande de seguidores, no pueden pretender lograrlo con votos cristalinos y entonces acogen a los que están contaminados.
Otros desde el Polo critican al actual alcalde pero saben que la diferencia entre las administraciones de Garzón y Moreno es menos la calidad de sus gobiernos que la magnitud de sus vicios. Secundan a Julio César Turbay Ayala cuando decía que la corrupción se debía mantener en sus justas proporciones.
El sector del Polo que se considera socialdemócrata quisiera hacer alianzas con lo que hoy queda del Partido Liberal, acaso ignorando que este partido dejó de ser una fuerza política urbana y que el mayor número de votos lo conservan gamonales de provincia, así tengan figuras urbanas tan destacadas como César Gaviria, Cecilia López, Aníbal Gaviria o Rafael Pardo.
Independientemente de la vertiginosa caída de los índices de favorabilidad del Alcalde, el clientelismo y la corrupción no disminuirán en Bogotá. Estamos a menos de nueve meses de la reproducción política de los congresistas y el año entrante el Polo enfrenta una campaña presidencial donde buscará pasar a toda costa a la segunda vuelta. Si para ello se requiere que Carlos Gaviria siga aliado con las corrientes más oscuras de su partido, el Polo llevará a la contienda electoral a un buen discípulo de la filosofía turbayista y les entregará los recursos de la ciudad a miembros turbios o cristalinos, en justas proporciones.
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