jueves, 23 de julio de 2009

Si en Quito llueve, en Caracas...

Editorial

El Colombiano,Medellín

Julio 23 de 2009

No es fácil tener de vecinos a los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela y de Rafael Correa en Ecuador. A su pública agenda anti-estadounidense se suman el crónico desafío a la soberanía de nuestro país y la constante amenaza a los exportadores nacionales, que han hecho de esos mercados un fortín económico desde hace muchos años.

El video que incrimina a Correa con una supuesta financiación de las Farc a su campaña política, que lo llevó a la presidencia, enrareció las ya delicadas relaciones con Ecuador, poniéndolas en un estado bastante crítico. La retaliación de la administración central ecuatoriana, en contra de Colombia no se hizo esperar y subió hasta en 85 por ciento los gravámenes arancelarios para 1.346 productos colombianos que se venden en Ecuador, todo bajo el argumento de que debían enfrentar la devaluación del peso.

La decisión unilateral ecuatoriana fue demandada ante la CAN que le ordenó al gobierno de Correa desmontar la hostil medida inmediatamente, pero la otrora influyente Comunidad Andina de Naciones ya no cuenta con las herramientas idóneas para sancionar o hacer respetar los convenios firmados entre países que, a la hora de la verdad, nunca fueron comunitarios.

De lejos, la balanza exportadora colombiana con Ecuador es superavitaria a nuestro favor. Mientras allá vendemos más de 1.500 millones de dólares anuales, las compras nacionales en el país de Correa no superan los 500 millones de dólares. Si bien es un mercado cercano y nuestros productos son altamente competitivos, la inestabilidad política y los constantes bandazos de su política exterior hacia Colombia, nos llevan a aconsejarles a los exportadores que busquen nuevos horizontes más sólidos y duraderos.

Correa está manipulado en su actuar político por la órbita chavista y se está atornillando al poder, tal como lo ha hecho su homólogo venezolano, por ello es urgente tener un plan B de cara al amenazado comercio colombo-ecuatoriano.

Las cosas con el régimen de Chávez no son mucho mejores y tienden a empeorar, luego de las desafiantes palabras del Presidente venezolano sobre la asesoría militar estadounidense en bases colombianas. Nuestro país fue respetuoso cuando los portaaviones rusos merodearon las costas del vecindario caribe y cuando con petrodólares se rearmó militarmente el chavismo para aferrarse al poder.

Pero ya estamos acostumbrados a las reacciones de Chávez, y su desafío era de esperarse. Lo importante, desde el punto de vista comercial, es que los exportadores nacionales que venden en Venezuela más de seis mil millones, encuentren rápidamente mercados suplementarios, pues no podemos estar condenados a aguantar que regímenes vecinos nos pongan en jaque comercial cada vez que aquí haya un movimiento en contra de las narco guerrillas.

Ha llegado el momento de analizar seriamente, desde los gremios exportadores, desde las autoridades económicas y desde el mundo de la academia, varios escenarios comerciales muy distintos y diversificados, que nos independicen económicamente de nuestros clientes vecinos.

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