viernes, 24 de julio de 2009

A Rafael se le enrredó la correa

Por Carlos Alberto Giraldo

El Colombiano, Medellín

Julio 24 de 2009

En el camino que va de San Vicente del Caguán a La Tunia tropezamos con una columna de las Farc que hacía revista militar. Al frente, en una casa grande, con un uniforme camuflado impecable, de tenis, estaba Jorge Briceño, el temible Mono Jojoy. Desde allí impartía órdenes. Cuando nos bajamos del auto, dijo: "no me vayan a hacer fotos en esta facha". Entró al caserón y luego salió de botas y boina nuevas.

Era 2001 y las Farc estaban en su cuarto de hora en la zona de distensión de San Vicente del Caguán. Traté de que Jojoy aceptara una entrevista de inmediato, pero con su malicia me respondió: "paisa, ahora no. Yo lo llamo (¡!)".

Entonces, para provocarlo, le clavé una frase de esas que le dan picazón al ego: "ahhh, ya, le entiendo, va a pedir permiso para hablar"...

Jojoy se rió entre molesto e irónico. Era uno de los jefes más respetados del Secretariado de las Farc. Sin mucho registro mediático, pero sí con sobrada temeridad militar, ya ostentaba "nombre y autoridad". Y me remató: "vea, yo para hablar no le tengo que pedir permiso a nadie. Hablo lo que quiera cuando quiera".

El último video conocido de Jojoy, y en consecuencia de las Farc, no deja dudas sobre su veracidad. Porque así habla Jojoy de los temas, directo, militar, desparpajado. Sin pedir permiso, aunque involucre (seguramente sin calcularlo) a un presidente: Rafael Correa.

Creo que la inteligencia militar colombiana ha avanzado enormemente (ver material abundante sobre la Operación Jaque), pero no tanto como para tener un centro de producción de videos apenas comparable con el de Pixar Animation Studios.

Como prueba de la autenticidad o no del video que reveló el apoyo financiero que le dieron a su campaña, el presidente Rafael Correa les pidió ayer a las Farc que digan si el documento es verdadero o falso. ¿Cómo quiere que lo llamemos en adelante, señor Presidente? Don Chistín, Cantinflas o El Indio Cándido.

El cuidado traje militar de Jojoy, las inflexiones de la voz y sus giros (incluidos los bancarios), el aspecto de la tropa avezada que cuida al jefe guerrillero, el tono en que se refiere al caso, la coincidencia entre el sonido de su voz y el movimiento de los labios son tan, pero tan reales, que el único que cree que le creemos que no cree en el video es usted, presidente Rafael Correa.

Hay otros síntomas previos del peligroso contagio de la "Influenza A-K47 fariana" que aqueja a su gobierno y su país hace rato. ¿Recuerda dónde cayó Simón Trinidad, olvida acaso de qué lado del Río San Miguel estaba el campamento de Raúl Reyes y por dónde entraron las compañeras que les hacían "trabajo de campo etnográfico" a los guerrilleros del Putumayo?

Pero sabe, presidente Correa, antes de que se estrenara este junglevideo, ya creíamos muy poco en usted: desde cuando salió con su camisita de cuello bordado indígena en la cumbre de República Dominicana, apretó los maseteros y puso cara de bulldog rabioso con ganas de morder a Uribe. Entonces, como decimos por estas tierras, pensé: "¡qué tal este!, tras de gordo, hinchado y con paperas".

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