domingo, 20 de septiembre de 2009

Dejen a Antioquia tranquila

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Septiembre 19 de 2009

Cada vez se calienta más esta campaña presidencial y si tenemos en cuenta que hay en el camino otras elecciones que polarizan la opinión (referendos, Congreso, consultas partidistas), entendemos las turbulencias que afectan los ánimos de la gente y por esto veremos a más de uno intentando ganar visibilidad a costa de temas sensibles. Así ha pasado en contiendas anteriores y así seguramente ocurrirá para esta en particular. Lo aburridor de la actual campaña es que, al parecer, algunos el tema que quieren convertir en trapo de cocina es a Antioquia.

Una vez aprobado el referendo reeleccionista en el Congreso de la República, la única frase que se le ocurrió pronunciar al senador Rodrigo Lara por todos los medios, es que con ese trámite había ganado el Cartel de Medellín. La verdad fue tan salida de tono la declaración de este político, que una persona con una mínima cota de inteligencia no entiende cómo alguien en medio de una campaña en la que espera conseguir votos para regresar al Senado, se haya creado por voluntad propia, una enemistad en un departamento que aporta más del 12% de la votación nacional.

Independiente de que a Lara le guste o no el referendo, no hay ninguna razón para equiparar ese trámite con una de las empresas criminales más grandes de la historia de Colombia. Sería tanto como que en alguna votación en la que participen diputados alemanes en el Parlamento Europeo, salga alguien de otro país a decir que el triunfador es el Partido Nazi de Hitler. Debería de pensar primero en vez de lanzar frases que buscan efectos mediáticos y concentrarse más bien en posiciones reflexivas.

De otro lado, en el afán por atacar al actual gobierno, hay quienes están montados sobre el caballo de decir que no se aguantan un paisa más y que la verdadera campaña debe ser para impedir que llegue alguien de Antioquia a gobernar. Las capacidades para conducir el Estado no pueden medirse, ni mucho menos, por el lugar de procedencia de los aspirantes; porque si las cosas son así, habría que descalificar por esa simple razón a por lo menos siete de los candidatos.

Esto no se trata de regionalismos caducos ni de creer que Antioquia o sus gentes son superiores a los de otras regiones. Simplemente es entender que por la hostilidad que cargan muchas veces las campañas electorales, hay temas que hieren los ánimos y se van creando unas rivalidades que desbordan el plano político.

P. S. : Cómo van a hacer de falta en estas páginas las orientaciones del Padre Calixto para todos, pero especialmente para quienes tenemos en el mensaje de Cristo una fuente inspiradora no sólo de doctrina religiosa, sino un modelo de vida.

No hay comentarios: