lunes, 25 de mayo de 2009

¿Qué irá a hacer Santos?

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Mayo 24 de 2009

La respuesta al titular de esta columna parece obvia y según él mismo lo ha dicho, muy seguramente será candidato presidencial. Sin embargo, de aquí hasta que su campaña se cristalice, lo que haga o deje de hacer Juan Manuel Santos podría impulsarlo o frenar sus aspiraciones.

En un país tan políticamente polarizado como el nuestro y con tantos candidatos dentro de la coalición de gobierno, cualquier paso en falso podría sepultar la posibilidad de ganar de una persona tan visible como Santos.

Lo primero que debería hacer Juan Manuel es aprender de los errores ajenos y no repetirlos, me refiero específicamente a su declaración del lunes en el sentido de viajar al exterior a realizar estudios en temas económicos.

Estamos a seis meses de saber si al fin el presidente Uribe querrá repetir mandato, y una ausencia de Santos en este período causaría el mismo efecto que el catastrófico viaje de Germán Vargas Lleras en junio de 2008 para estudiar en España: regresó al país cuando era tarde y Cambio Radical ya no estaba en sus manos.

Santos tiene además de una carga de buenos resultados en el Ministerio de Defensa, la ventaja de que Luis Carlos Restrepo, el presidente de su partido (la U), nunca pudo proyectar un liderazgo entre su bancada y el ex ministro podría retomar el que mostró claramente en la campaña de 2006. En ese entonces el Partido de la U acataba unánimemente a Juan Manuel Santos y hoy por el contrario parece ser una colectividad sin cabeza.

La salida digna de Restrepo sería ofrecerle el primer lugar en la lista al Senado en 2010 y quitarle el peso enorme que lo debe estar ahogando, al no tener el tacto para conducir un partido político.

A partir de ayer sábado, cuando ya no ejerce más su responsabilidad ministerial, Santos debería demostrar públicamente, además, que toma en sus manos el referendo reeleccionista -que va encaminado a prosperar- y mostrársele así al país como el más fiel de los uribistas: un aspirante que con buenas posibilidades decide renunciar a hacer su propia campaña por hacer la de Uribe, merecería ser visto como el perfecto sucesor.

En ese escenario cuenta a su favor con tres elementos que le darán solidez a su aspiración: primero, lealtad del 100% al Presidente; segundo, haber demostrado buenos resultados en el tema bandera de este gobierno (seguridad) y tercero, por su renuncia reciente y el afecto que le tienen los militares, tiene un aura de estar entre adentro y afuera del gobierno, situación que mantendrá a los medios expectantes de sus pronunciamientos y, para beneficio suyo, reforzará su vigencia en estos seis meses cruciales en los que todo se decide.

 

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