jueves, 2 de abril de 2009

Paso el marzo negro?

Poe Eduardo Herrera Berbel

El Colombiano, Medellín

Abril 2 de 2009                           

Numerosas predicciones y augurios alarmistas vaticinaron un marzo negro, al conmemorarse el primer aniversario de la muerte de tres integrantes del secretariado de las Farc. En efecto, fue un mes con una ofensiva sostenida superior de la Fuerza Pública contra los actores violentos; una mayor beligerancia armada y terrorista de las Farc; se planteó incluso, la posibilidad de acciones guerrilleras de impacto estratégico con el empleo de nuevas armas y métodos de guerra novedosos; también crecieron las expectativas sobre el verdadero alcance de la reingeniería de las Farc, el direccionamiento de su nuevo liderazgo y la ejecución del Plan Renacer Revolucionario de Masas.

Pero pasó el mes de marzo y se podría concluir que las Farc sufrieron una contundente derrota en el Sumapaz, y su intención de penetrar nuevamente en Cundinamarca, fue neutralizada; aunque ejecutaron acciones terroristas aisladas contra el transporte terrestre de carga, de pasajeros y llevaron a cabo ataques esporádicos contra la Fuerza Pública y afectaron la tranquilidad ciudadana local con amenazas de paros armados, fue evidente que carecen de la capacidad crítica de antaño para articular escaladas terroristas de orden regional y nacional.

También se pudo observar que las Farc no han asimilado aún los golpes recibidos en los dos últimos años, pues muestran un despliegue estratégico disperso, una nula conectividad operacional entre sus estructuras, dificultades de comunicación, de mando y control, y están sumidas en un repliegue defensivo para preservar fuerzas y acumulados logísticos. Todavía persisten las críticas internas sobre la conducción de la organización por parte de su alta dirigencia, continúa su aislamiento político y no han podido recomponer la comisión internacional que en otras épocas les dio protagonismo internacional.

Podría uno preguntarse entonces: ¿dónde están las nuevas Farc? No aparecen por parte alguna, aunque esto no ha sido óbice para divulgar retóricas triunfalistas que se aprecian en el escenario colombiano. Es evidente que las Farc cuentan con una gran capacidad de daño, pero hoy al parecer son más cuidadosas en no ocasionar daños colaterales a la población civil.

Las Farc aprovecharon la coyuntura del mes de marzo, y en el marco de una relativa posición de fuerza, debido a los niveles de la confrontación armada durante este mes para responder la tercera carta de los CCP. De esta comunicación cabe resaltar lo siguiente: existe un cálculo político para acorralar al Gobierno, anuncian la entrega condicionada de los restos del mayor Guevara muerto en cautiverio, no hay exigencias de despejes, no renuncian al secuestro y lo justifican como retenciones económicas en el marco de una tal ley 02, plantean su voluntad de adelantar un intercambio humanitario con la sociedad civil, anuncian sus voceros oficiales, y piden acompañamiento internacional.

¿A qué se debe esta estrategia de las Farc? No hay duda de que buscan oxigenación política y generar una presión transitiva hacia el Gobierno sobre el tema humanitario e incidir en la coyuntura política reeleccionista. Y como trasfondo de sus intenciones reales, buscan el canje como mecanismo para continuar la guerra, manejan un discurso humanitario hacia afuera e internamente siguen los lineamientos de sus planes estratégicos, y pretenden construir una veeduría internacional de orden regional, donde no se les condene como terroristas, lo cual no se lograría con la participación de Europa.

Por último, ¿quedaron conformes los CCP con las explicaciones que dieron las Farc a su solicitud de renunciar al secuestro? Desviarán la atención sobre la exigencia fundamental de que esta guerrilla ratifique su voluntad de paz. Por lo tanto, estaremos atentos a observar la coherencia de los planteamientos futuros de los Colombianos y Colombianas por la Paz sobre estos sensibles temas.

Por lo pronto, lo único seguro es lo que han anunciado las Farc hasta ahora: la confrontación armada continúa con o sin intercambio. Desde luego, sin dejar de utilizar lo político-humanitario como arma silenciosa de guerra y de connotaciones mediáticas para sus intereses políticos. 

*Mayor General (r), Ejército Nacional

 

 

 

 

 

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