lunes, 6 de julio de 2009

El mundo contra Honduras

Por Darío Acevedo Carmona

Ventana Abierta, Bogota

http://ventanaabierta.blogspirit.com/

Julio 3 de 2009

Lo que acaba de suceder en Honduras rebela las debilidades de la democracia pero también la inmadurez de políticos y dirigentes que creen que pueden transformar un leve aire de popularidad para hacer lo que se les viene en gana con las instituciones, como acertadamente lo describe el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, en el diario El País de España al no limitarse a condenar el proceder del ejército hondureño sino también a mostrar las torpezas y el atropello del presidente depuesto contra las instituciones. No quiero detenerme en especulaciones sobre lo que puede suceder de aquí en adelante, que en todo caso parece que será muy grave. Desde el injusto aislamiento al que están llamando casi todos los países del mundo, incluyendo dictaduras vigentes que ahora salen a defender la democracia, hasta llamados a la insurrección por parte de golpistas de carrera que se quejan del golpe y hasta amenazas de intervención militar por parte del coronel que se cree la reencarnación de Bolívar. Horas y días turbulentos, de soledad y de hambre, pasará el pueblo hondureño porque todos los factores se han confabulado para enredar más su situación.

Quiero referirme a la celeridad de la ONU, un organismo que se supone llamado a mantener la paz en el mundo, a promover la solución pacífica de conflictos, el respeto de la autodeterminación de los pueblos y un largo etcétera pleno de ideales nobles, para condenar el nuevo gobierno (que es producto de una decisión del congreso de ese país, que no niega su interinidad y que reafirma su compromiso de realizar elecciones presidenciales el mes de noviembre de este año o antes), y para que se restituya en el cargo al presidente Zelaya, en vez de llamar a que todos los factores de poder de ese país busquen una salida consensuada y acorde con la constitución. Lo que se le ocurrió a este organismo, que raramente actúa con rapidez y con unanimidad, fue echarle sal a la herida y dar por sentado que Zelaya es un ángel guardián de la ley.

La ONU se ensaña sobre un país pequeño, débil, de democracia precaria y de economía pobre, por un tema ciertamente delicado. Pero, se pregunta uno, ¿por qué no ha actuado de la misma manera ante potencias del orbe como Rusia y China que violan flagrantemente la democracia y la libertad? Si su misión es salvaguardar la democracia ¿por qué no ha hecho valer su voz en el reciente fraude electoral propiciado por el fanatismo de los gobernantes de Irán? ¿Por qué se demoran meses para producir una sanción, casi simbólica, contra Corea del Norte, la dictadura más oprobiosa de la humanidad, en razón de la violación de tratados de no proliferación nuclear? Hace rato que este organismo se ha desdibujado y actúa con evidente espíritu sesgado en contra del legado y la misión asignada por sus partes contratantes en la carta que dio lugar a su nacimiento. La ONU no está aplicando los mismos raseros de justicia, habla según el estatus y la importancia del interlocutor. En Colombia han intervenido con parámetros elevados en materia de derechos humanos, de reparación de víctimas y de pertinencia de la ley de justicia y paz, con exigencias que no se han aplicado en ninguna otra parte del mundo. En fin, suficiente con que se hubiese condenado la alteración del ritmo constitucional en Honduras, pues si quiere ir más lejos debería hacer lo mismo con países que sufren tiranías como Cuba, Corea del Norte y Zimbabwe.

Y hablando de las incongruencias, ¿qué se puede pensar de la reacción de los miembros del ALBA y de su máximo líder? Amenazar con intervención militar es no sólo un despropósito que revela desprecio por las normas elementales del decoro y de la diplomacia, sino un atropello a la inteligencia. No es la primera vez que el golpista coronel Chávez hace un sainete de este tipo. Recordemos que el año anterior salió a defender al presidente ecuatoriano por el operativo en que fue dado de baja alias Reyes, ordenando la movilización de 9 batallones a la frontera con Colombia.

En el ALBA concurren presidentes que en los últimos años han afeitado las instituciones y las constituciones de sus países con el fin de alargar sus mandatos y asegurar la continuidad de la revolución bolivariana y del socialismo del siglo 21 que consideran incuestionable. En sus países han ocurrido los peores atropellos contra la democracia en los últimos tiempos: robo de elecciones en la alcaldía de Managua, cierre de canales de televisión, desconocimiento del poder electoral de los caraqueños con la anulación de las prerrogativas de la Alcaldía, persecución hasta el exilio de un gobernador, desconocimiento de resultados de referendo en que fue negada la reelección indefinida y realización de uno nuevo con resultados amañados, en Venezuela. Asamblea constituyente con reelección presidencial en Bolivia y Ecuador. Si en Nicaragua no han llegado a este punto es en razón del desprestigio del sátrapa Ortega. Y el colmo de los colmos, Cuba, la dictadura más longeva y anacrónica del continente americano y tal vez del mundo, un país sin libertades, sin partidos, sin democracia, gobernado por dos hermanos que fungen como una dinastía, protestando por el golpe de estado a un gobierno democrático. El diablo haciendo hostias. Y la OEA en un dilema existencial, no bien le abre las puertas a la dictadura cubana con petición de perdón, es presionada por el chavismo para que expulse a Honduras.

Si hechos de esta naturaleza se presentan en China o en Rusia o en Francia o en cualquier gran potencia, con toda seguridad la ONU, la OEA, Chávez y el ALBA guardarían mutismo o harían un pronunciamiento aséptico. Nadie dijo nada en el mundo cuando el gobierno francés despidió con honores en su muerte al “presidente amigo”, el dictador de Togo, que había gobernado la bicoca de 43 años a ese país. El mundo, definitivamente, no es justo ni coherente.

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