martes, 6 de octubre de 2009

Correa: futuro incierto

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Octubre 06 de 2009

En Ecuador no son raros los golpes de Estado. Los presidentes gobiernan con el fantasma de las conspiraciones militares y civiles para desalojarlos del poder. El presidente Correa advirtió, recientemente, que hay grupos que quieren “pescar en río revuelto”. Es decir, tumbarlo, el deporte más popular en la nación donde los jefes de Estado se mantienen con el credo en la boca, invocando al Altísimo para conservar el poder.

Correa vive la situación más peligrosa desde que llegó a gobernar. Ha entrado en conflicto con fuerzas políticas y sociales que cuentan mucho para la estabilidad de su nación: los indígenas, una minoría beligerante. Y los maestros, agrupados en organizaciones cercanas al socialismo de Chávez y con experiencia en combatir gobiernos. Las manifestaciones se han caracterizado por una beligerancia de alto grado y un propósito que no se esconde: derrocar a Correa.

A ese panorama hay que añadir las protestas estudiantiles, los frecuentes escándalos de corrupción en organizaciones del Estado con la participación de la familia presidencial, los enfrentamientos de la Policía y manifestantes opositores, la debilidad política del Ejecutivo y la obsesión de Correa en considerarse el Sumo Pontífice de la política del país.

Los ecuatorianos no le perdonan su estrecha cercanía con Chávez. El envío que hizo el Presidente venezolano de seis aviones con 40 o más años de servicio y que fueron recibidos con alborozo por Correa causó un franco y colérico repudio. Su incondicional relación con Chávez ha incrementado una hostilidad creciente contra el Presidente y su equipo de gobierno. Tarde, Correa ha tratado de alejarse de un aliado tan incómodo.

Los maestros ordenaron un paro nacional contra leyes del Gobierno. Para el 7 de octubre, la Unión Nacional de Educadores, UNE, planea la toma total de Quito, en compañía de los indígenas y otras organizaciones de oposición. Los periódicos han publicado información sobre los hermanos del Presidente, a quienes sindican de pedir medio millón de dólares a la petrolera Chevron para evitar un veredicto judicial contrario a sus intereses.

El columnista Emilio Palacios escribió: “No hay democracia cuando el Gobierno engaña al pueblo y lo estafa con las promesas incumplidas. Resulta que Correa le mintió a indios, maestros y trabajadores”. Soplan vientos huracanados y el futuro del Mandatario ecuatoriano es bastante incierto.

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