Por Ramiro Andrade Terán
El País , Cali
Agosto 11 de 2009
Como en el poema de Zalamea: “Crece la audiencia”. Ahora, esa situación tan negativa se incrementó con la autorización del Gobierno colombiano para que Estados Unidos utilice nuestras bases aéreas para la represión del narcotráfico y grupos armados. De inmediato, en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua se habló que EE.UU. “instalaría bases militares en Colombia”, algo inexacto. Se trata de utilizar las ya existentes en una acción conjunta contra el narcotráfico y los grupos armados irregulares, según las informaciones aclaratorias del presidente Obama, el 7 de agosto en una rueda de prensa, y de nuestro presidente Uribe, en su viaje por los países del sur del continente, con excepción de Venezuela y Ecuador.
Es evidente que alguien de peso, poder y recursos está en intención de alterar la presencia gringa en nuestras bases aéreas, al fabricar ese burdo montaje para intentar hacerlo tragar entero en el continente. No fue así. Pero quedó al descubierto la intención de hacer daño irreparable a Colombia. Que está en la mira de Chávez y sus socios.
No es muy agradable que en nuestro país aumente la presencia de fuerzas norteamericanas y da lástima que la intención agresiva de algunos países suramericanos haya provocado esa situación. Colombia está en el derecho de defenderse de una conjura tan obvia como la que se ha denunciado. Para eso hay que rodear sin reserva alguna al presidente Uribe.
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