martes, 2 de febrero de 2010

¡A comer cerdo!

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Febrero 02 de 2010

La ingesta de cerdo se ha mirado con recelo. En algunas religiones está prohibido consumirlo y un gran número de personas lo consideran un animal sucio y lo tienen excluido de su dieta. La palabra ‘cerdo’ se utiliza como insulto que provoca peligrosos enfrentamientos.

Ahora le llegó una encumbrada y atractiva defensora: la señora Cristina Fernández, presidenta de Argentina, quien afirmó: “Comer cerdo mejora la actividad sexual. Es mejor comerse un cerdito a la parrilla que tomar viagra”.

Hay que suponer que lo dijo por experiencia, después de un alegre almuerzo con su esposo, Néstor Kirchner, en su finca patagónica, ‘El Calafate’. Como ‘regalo’ para sus compatriotas, anunció que ordenaría una rebaja en el precio de la carne porcina, despreciada por un alto número de consumidores.

Muchos expresaron su antipatía por la afirmación. En particular los productores de carne vacuna que son apreciable mayoría en una nación que está en primera línea en ese renglón y que exporta carne en cantidades apreciables. Según datos oficiales, Argentina es uno de los países de más alto consumo de carne vacuna del planeta “con un estimado entre 68 y 73 kilos per cápita anual”. La industria de la carne de res es una de las más grandes de la nación austral y sus derivados constituyen una fuente económica muy importante y generadora de empleo básico para su desarrollo.

La señora Fernández de Kirchner hizo su festivo comentario en su austero despacho de la Casa Rosada, frente a un grupo de acartonados productores de cerdo que fueron allí a plantear sus problemas y salieron en el colmo de la felicidad por la ‘cuña’ de alto nivel. Es decir, la Mandataria obró con inteligencia y desarmó a sus visitantes, descontentos con medidas del Gobierno.

En muchos países la venta de carne de cerdo se realiza superando vieja antipatía por el inofensivo, gruñón y delicioso animalito. Pero según la oficina de Estadística de París, en Europa el consumo de carne porcina aumentó 4,6% el año pasado. Una cifra que demuestra el notable auge de ese renglón. En América Latina también subió el consumo en 2,4%.

Hay que suponer que el comentario de la Presidenta no fue casual. Y que tendrá una excepcional acogida no solo entre personas con falencias sexuales, sino comunes y corrientes que desean aumentar su desempeño en la relación amorosa. ¡A comer cerdo, pues! Y ver si la dama tiene razón, cuando añadió que disfrutar de un lechón asado con su esposo dejó “resultados impresionantes”...

Más de uno de los criadores de cerdos en Colombia prepara extender su negocio para atender la demanda, después de la publicitada declaración.

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