Por Raúl Lombana Hernández
Eltiempo.com, Blogs, El Caribe Manifiesto
Julio 13 de 2009
En nuestro país es común que se realicen sistemáticamente encuestas de todo tipo para ponderar la decisión de sectores de la población. Muchas de éstas se hacen con el propósito de medir el grado de aceptación de algunos personajes públicos colombianos. Además, éstas tratan de medir la intención de voto de los encuestados frente a una baraja de candidatos previamente definidos por los encuestadores, es decir, la persona sometida al sondeo debe escoger entre varios nombres y responder a un cuestionario. La modalidad y el universo a encuestar dependen de los objetivos de la firma encuestadora.
En Colombia hay reconocidas empresas que se encargan de llevar a cabo esta labor y que están a la altura de las más prestigiosas del mundo.
Ahora, los resultados que arrojan las encuestas siempre generan polémica, debido a que se cuestiona que estas son pagadas por alguien que pretende influenciar al electorado. Las controversias que generan siempre son dadas por los personajes que sienten no salir bien librados del ejercicio llevado a cabo por la firma encuestadora. A pesar de que ciertas personas estén de acuerdo o no con éstas, no se puede soslayar la importancia que tienen no sólo para los debates electorales, sino también para sinnúmeros de casos en donde es menester medir el universo de personas que se inclinan a favor o en contra de un producto específico.
Pues bien, más allá de controvertir o apoyar las encuestas, últimamente los resultados arrojados por éstas nos muestran el repunte de un personaje colombiano, inclusive, desplazando dentro de las preferencias de los encuestados a otros con más presencia nacional. El susodicho beneficiado con estos sondeos es el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo. Los resultados hasta ahora arrojados por las encuestas dan la impresión de que alguien está interesado en meter a cómo dé lugar a Fajardo dentro de la baraja de presidenciables para la próxima contienda electoral. Claro está, el repunte del ex alcalde es notorio sólo en el escenario de que el presidente Uribe no pueda aspirar a la presidencia.
Los buenos resultados obtenidos por Fajardo, si obedecen a la realidad real y no virtual, pueden obedecer en gran medida al desgaste que tienen los candidatos que se oponen a una segunda reelección de Uribe. Los precandidatos de las otras colectividades no aglutinan el respaldo popular, debido a que el pueblo colombiano los ve como detractores de los logros que benefician a la mayoría de la población.
Por el lado del liberalismo las cosas empeoran cada día. El reciente contrapunteo llevado a cabo por los precandidatos de esa colectividad reflejó el grado de postración en que anda sumido el otrora partido de las mayorías. La falta de propuestas serias y responsables con la realidad nacional ha desnudado celos irreconciliables entre los contrincantes. Aún más, el susodicho debate llevado a cabo, del cual se esperaba que mostrara a una colectividad unida, lo que, realmente, mostró fue a un partido sin horizonte. La falta de dirigencia del liberalismo es reflejada en las posiciones obtusas y obcecadas que hacen al actual gobierno. El debate llevado a cabo, también, dejó la impresión de que el partido liberal sólo llega al poder es a través de la sangre. El enfrentamiento entre dos precandidatos por cuenta de la muerte de la Galán es el común denominador que siempre ha rodeado a la colectividad roja. Muy lejos están de obtener el poder, debido a sus posturas decadentes y por el odio que expelan sus miembros hacia todos lo logros obtenidos por este gobierno.
En el caso del Polo democrático las cosas no pueden ser peores. La egolatría del candidato Carlos Gaviria parece hundir a la coalición de izquierda en el próximo debate electoral. Por ratos, el otrora ex magistrado se parece más a un carcamal que a una persona con deseos de convertirse en el presidente de los colombianos. Gustavo Petro, quien al vislumbrar su próxima derrota si aspiraba al congreso, ahora decidió dizque lanzarse a la presidencia. Esta jugada de Petro no es más que una estrategia para intentar salir por la "puerta grande", debido a que sus días como senador estaban contados. Su precandidatura no tiene respaldo suficiente como para derrotar al precandidato Carlos Gaviria. Hoy, más que nunca, Petro se ha quedado solo al interior de la coalición de izquierda convirtiéndose en una mácula de la cual todos se alejan. Las giras que hace por el país, especialmente la costa, son pírricas. El respaldo que él pretendió obtener por sus múltiples ataques en contra de Uribe sólo le han granjeado el rechazo de las poblaciones.
Por los lados de la coalición de gobierno las cosas están más claras. Dentro de los candidatos a suceder a Uribe, por parte de la coalición, hay dos grandes contendientes con respaldo de las colectividades que representan. Uno es Andrés Felipe Arias, por el partido conservador, y el otro el ex ministro Juan Manuel Santos, por el partido de la U; ambos tienen buena aceptación al interior del pueblo colombiano que respalda al presidente Uribe. Sí el referendo reeleccionista no puede superar la cantidad de talanqueras, que de manera artera le colocan día a día para burlar la iniciativa popular, el colombiano del común apoyaría a estos dos personajes, uno como presidente y el otro como vicepresidente.
Después de hacer el análisis anterior volvamos a las razones del repunte de Fajardo. Según algunos analistas de pergaminos, el ex alcalde está en un cabeza a cabeza con el ex ministro Santos por la presidencia de la república. Lo anterior despierta suspicacia al interior del pueblo colombiano, debido a que el ex alcalde de Medellín sólo se le ve en las encuestas. Para el pueblo colombiano el candidato Fajardo parece un fantasma al que nadie ve, sólo los deseosos de meterlo a la fuerza lo ven. El colombiano del común piensa que la imagen de Fajardo contrasta con la del presidente que quiere la sociedad en caso de que Uribe no pueda aspirar.
Fuera de su paso por la alcaldía de Medellín y cuyas ejecutorias no traspasaron los linderos de la ciudad, el ex alcalde no es visto como un posible sucesor de Uribe. Sobre él se cierne un manto de dudas por su posición ambigua, es decir, su personalidad produce desconfianza por la manera como actúa frente a temas trascendentales. Sus posturas frente a temas tan neurálgicos como la seguridad nacional lo hacen ver como "blandengue".
Aún se recuerda el peligroso evento en donde su representante ante la junta directiva de las Empresas Públicas de Medellín, Freddy Escobar Moncada alias "Mateo", fue capturado herido por la fuerza pública con uniforme de combate en un campamento guerrillero. Este personaje, ideólogo político del grupo terrorista de las FARC, era miembro activo del grupo político Movimiento Compromiso Ciudadano del hoy aspirante a la presidencia de la república. Este evento produce escozor a la sociedad, debido a que mucha sangre ha corrido en este país por culpa de los violentos como para que estos hechos no generen preocupación. El pueblo colombiano ha visto como el actual gobierno le ha quitado el yugo que había sido impuesto por los terroristas, de ahí que no apoyaría a nadie que desfallezca en esta tarea y mucho menos si de alguna manera ha tenido vínculos con éstos.
Así que, no se sabe como ha hecho el ex alcalde de Medellín para estar encabezando la lista de los llamados a suceder a Uribe, inclusive está en un mano a mano con el ex ministro Santos. La única explicación posible es que haya venido haciendo una campaña sigilosa, pero tan sigilosa, que ni siquiera el propio pueblo colombiano sepa de sus andanzas políticas.
Por último, la campaña electoral de Fajardo parece fantasmal, peor aún mágica. Por cierto, mágicos se les decía en Antioquia a las personas que de la noche a la mañana aparecían con grandes recursos economicos. Al colombiano del común le produce suspicacia este repunte, no se sabe quienes serán los encuestados, pueda ser que no resulten como alias "Mateo", quien de día era uno y de noche era otro. Para el colombiano del común también es posible que algunos dinerillos, de esos que llegan del país vecino (caso Monómeros) y que son manejados por una reconocida aliada del chavismo estén influenciando las encuestas. No es descabellado lo que piensa el pueblo colombiano, debido a que Piedad Cordoba ve que al interior de su partido no hay posibilidad para enfrentar a Uribe o a los candidatos de la coalición de gobierno. Por lo tanto, con el posible apoyo a Fajardo pretenda influir en la decisión del pueblo colombiano colocando a alguien ambiguo. De ahí que quieran hacerlo parecer de "Centro" y de esta forma instaurar el chavismo en Colombia.
La ñapa: La reciente declaración dada por el presidente de Ecuador sobre el tema de la demanda penal en su contra interpuesta por abogados colombianos da motivos suficientes para seguir adelante. El pueblo colombiano debe exhortar a las autoridades para que lleguen al final sin importar lo que esto pueda acarrear. La respuesta de subir los aranceles a los productos colombianos, ante la decisión legitima colombiana, debe ser otro motivo más para de una vez denunciar a este personaje ante la Corte Penal Internacional y quitar a este peón del chavismo del camino.
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