William R. Brownfield*
El Universal, Cartagena
Julio 4 de 2009
El 4 de julio, en Estados Unidos y alrededor del mundo, los estadounidenses conmemoran aquel día en 1776 en que representantes de las 13 colonias originales, firmaron la Declaración de Independencia que convirtió a Estados Unidos en la nación soberana que es hoy.
Mientras que los estadounidenses festejan la independencia con desfiles, fuegos artificiales y asados, aquí en Colombia celebraremos no sólo nuestra propia historia, sino también la de nuestra relación bilateral fuerte con Colombia, así como los valores que compartimos y sobre los cuales ésta se cimienta.
Las excelentes relaciones diplomáticas que EE. UU. y Colombia disfrutan hoy empezaron en 1822, cuando el presidente de EE. UU., James Monroe, recibió al encargado de negocios de Colombia, Manuel Torres. EE. UU. fue una de las primeras naciones en reconocer a la Colombia independiente.
Al año siguiente, envió a su primer representante oficial a Colombia. Así, dos países jóvenes forjaron un vínculo fundamentado en la experiencia común de la lucha por la independencia, la libertad y un gobierno democrático para su gente.
Los pueblos de Colombia y Estados Unidos comparten más que los principios comunes fundacionales de las dos naciones. Compartimos también valores y aspiraciones. Estos factores comunes son los verdaderos cimientos de las relaciones excelentes entre los dos países.
Creemos en el Estado de derecho y el respeto por los derechos humanos. Buscamos la igualdad, la seguridad y la prosperidad económica para los ciudadanos de nuestros países. Colaboramos en la lucha contra las drogas y el terrorismo, que desestabilizan nuestra región y amenazan nuestras sociedades.
Expresamos nuestros valores compartidos a través de nuestra colaboración. Estados Unidos y Colombia cuentan con programas conjuntos para el desarrollo económico, el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el debilitamiento de los carteles de la droga y las organizaciones terroristas.
Algunos ejemplos recientes de nuestros esfuerzos mancomunados indican cuán extensa es nuestra cooperación y respaldo mutuo. Hace poco asistí a la clausura de una conferencia de tres días sobre el desminado humanitario, donde los gobiernos, militares, comunidades civiles y ONG de EE. UU. y Colombia, trabajando juntas, revisaron acciones hacia el futuro para liberar a Colombia del flagelo de las minas antipersona.
En junio, el presidente Uribe y yo visitamos juntos el buque hospital USNS Comfort, en Tumaco. Durante su visita, la tripulación médica internacional a bordo del barco atendió a más de 12.000 pacientes, practicó cirugías, entregó anteojos y realizó consultas odontológicas. En el lado más entretenido, Juanes tocó guitarra acompañado de la Banda Sur de la Fuerza Aérea de EE. UU. Trabajando juntos, nuestros dos países pueden alcanzar cualquier meta.
La relación entre Colombia y EE. UU. es más fuerte que nunca. Evolucionó por más de 180 años. Continuará rindiendo frutos durante la administración Obama, y en los próximos 180 años nuestras relaciones bilaterales alcanzarán dimensiones nuevas, y nuestra historia conjunta, valores y aspiraciones siempre serán sus cimientos.
El 4 de julio celebraré los 233 años de la declaración de independencia de EE.UU. También celebraré lo que nuestros dos países han logrado y continuarán logrando, al trabajar unidos para seguir fomentando la seguridad, la prosperidad y la democracia.
*Embajador de Estados Unidos en Colombia
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