Alfredo Rangel
Revista Semana, Bogotá
Diciembre 19 de 2009
El balance de la seguridad nacional para el año que termina es positivo. Se confirman, en líneas generales, las tendencias de progreso que hemos presenciado en años anteriores. Así, en relación con el año pasado, siguen bajando los homicidios, el secuestro y el sabotaje contra la infraestructura económica nacional. De igual manera, la guerrilla se sigue debilitando y el narcotráfico cede terreno. Pero hay una merma en el nivel de operaciones de las Fuerzas Militares que genera algunos interrogantes.
Efectivamente, el número de homicidios se redujo un 2,2 por ciento, o sea, alrededor de 300 homicidios menos que el año anterior. Esta reducción no fue más importante por el coyuntural aumento de los homicidios en Medellín y Cali, producto de las vendettas entre bandas criminales. De resaltar las caídas del homicidio en los departamentos de Meta, Norte de Santander y Risaralda, que venían de altas tasas en años anteriores. También los aumentos de Antioquia, Sucre y Córdoba, estos últimos con bajas tasas.
La caída del secuestro extorsivo fue mucho más significativa. En el año que termina hubo 23 por ciento menos secuestros que en el año anterior. Adicionalmente, es la cifra más baja desde el año 1996 y es 11 veces más baja que la que padeció el país en el año 2002, al comienzo del actual gobierno. Este año las Farc sólo pudieron realizar la mitad de los secuestros del año anterior. Pero no solamente hay menos secuestros: el 52 por ciento de los secuestrados fueron rescatados o liberados por la presión de las autoridades. Esta última cifra era sólo del 20 por ciento en el año 2002.
También las acciones de sabotaje de la guerrilla contra la infraestructura económica nacional se redujeron este año en relación con el anterior. Fueron un 17 por ciento menos. La caída más notoria fue la de los ataques contra la infraestructura energética, que descendieron un 37 por ciento con respecto al año 2008.
De otra parte, sumadas las acciones violentas de la guerrilla, esto es, ataques contra la Fuerza Pública -hostigamientos, emboscadas, golpes contra puestos militares o de Policía-, sabotajes, retenes y paros armados, las Farc registraron una caída del 14 por ciento con respecto al año anterior, y el ELN bajó sus acciones un 39 por ciento. Las acciones de las Farc prácticamente se han reducido a los departamentos de Cauca, Caquetá, Nariño y Meta. De igual manera, entre enero y octubre de este año, 1.847 guerrilleros de las Farc y 442 del ELN desertaron de sus filas y se incorporaron a los programas gubernamentales de reinserción. No obstante, según un documento elaborado por el propio 'Mono Jojoy', el número de desertores podría ser mayor, pues solamente una fracción de ellos se presenta a las autoridades y participa en los programas de reinserción. El resto se fuga con dinero de la guerrilla, o es capturado y fusilado por sus propios compañeros, o no se presenta a las autoridades. Todos estos hechos demuestran que la guerrilla se sigue debilitando. Inclusive el pacto de no agresión que acaban de firmar las Farc y el ELN es síntoma de lo mismo.
En lo relacionado con el narcotráfico, aun cuando todavía no se conocen los datos de este año, recientemente se conoció que en 2008 se siguió reduciendo, por cuarto año consecutivo, la cantidad de cocaína producida en el país. Con 295 toneladas, esto es casi dos veces y media menos que lo que se producía hace ocho años cuando la producción llegó a la cifra histórica más alta, unas 700 toneladas. Además, sería la cifra más baja en los últimos 20 años. El narcotráfico también está declinando.
Finalmente, es necesario señalar que, no obstante los avances, las amenazas contra la seguridad continúan y, en consecuencia, no debería decaer el esfuerzo por acabar de normalizar el país. Por eso es comprensible que el nivel de operaciones de las fuerzas militares haya caído este año en los departamentos donde ya la presencia de la guerrilla es exigua o inexistente, pero no se entiende que esto suceda en los departamentos donde sigue más activa o, incluso, ha incrementado sus acciones con respecto a años anteriores. Las operaciones del Ejército han caído un 50 por ciento en Cauca, un 30 por ciento en Caquetá, un 20 por ciento en Nariño, y un 54 por ciento en Meta. Justo donde la guerrilla está más activa.
¿Será que el temor de los oficiales a ser acusados calumniosamente de 'falsos positivos', lo que les arruina sus carreras y sus vidas, ha restado ímpetu ofensivo a nuestras fuerzas militares? Si esto es así, los adversarios armados del Estado estarían ganando en los tribunales lo que no han podido ganar en la confrontación militar. Un buen interrogante para cerrar balance.
Contubernio de Farc y ONG´s en asesinato de líderes afrodescendientes
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