jueves, 31 de diciembre de 2009

Las mujeres al otro lado del mundo


Maria Clara Ospina

El Nuevo Siglo, Bogotá

Diciembre 31 de 2009



Las mujeres de Occidente no podemos olvidar la situación que viven las mujeres al otro lado del mundo. Nosotras tenemos derechos que ellas ni sueñan. En casi toda América, Europa y algunos países orientales, especialmente los no musulmanes, las leyes nos reconocen derechos iguales a los de los hombres. En menos de un siglo, pasamos de ser tratadas como propiedad para placer y beneficio de los hombres, a ser sus iguales ante la ley. Esto nos obliga a luchar por las mujeres que aún son tratadas como seres inferiores en tantos lugares del mundo.


En Irán, sí, en ese país con el que Hugo Chávez ha hecho gran amistad, las mujeres tienen menos de la mitad de los derechos que los hombres. Para comenzar, deben usar el chador, o manto negro, que les cubre la cabeza y el cuerpo, sin dejar ver, ni siquiera, los tobillos y los brazos. Sus maridos se pueden divorciar de ellas sin su consentimiento. Igualmente pueden tomar tres esposas adicionales y obligarlas a vivir en poligamia, como parte de su harén privado. Pueden forzar a sus hijas, desde los 13 años, a casarse con quien ellos deseen, así sea con un anciano. Como en otros países musulmanes, la mujer acusada de infidelidad, puede ser lapidada, o sea apedreada, hasta la muerte y si mata a un hombre, aunque sea en su propia defensa, el castigo es la pena capital. De conducir un automóvil ¡ni hablar! está prohibidísimo, otra cosa común en casi todos los países musulmanes, están sometidas al trasporte público o a que las trasporte un hombre. Pero, a estas mujeres les va bien, comparado a las de Afganistán. Aunque, la situación para las afganas ha mejorado desde la caída de los talibanes y, ahora por lo menos, pueden ir a la escuela y ser educadas, estas mejoras se han ido resquebrajando. Fuera de las ciudades la situación es igual, o peor. La mayoría aún debe usar la burka, trapo azul que las cubre completamente, dejando sólo un calado de tela, a nivel de los ojos, para que puedan ver. Más del 60% son obligadas a contraer matrimonio antes de cumplir los 16 años. El abuso físico contra ellas es común, muchas son golpeadas, aun quemadas, como castigo, si así lo desea el marido, el padre o otro hombre de la familia.
En África es común la circuncisión de las niñas, o mutilación genital, para insensibilizarlas al placer sexual, causándoles espantosas infecciones y cicatrices.


¡Qué tristeza! Hoy, cuando celebramos la primera década del siglo XXI, todo esto y peores cosas suceden aún a las mujeres.

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