viernes, 18 de diciembre de 2009

¿Y el problema hoy?

Editorial

El Heraldo, Barranquilla

Diciembre 18 de 2009

El tema sobre la denominada ‘píldora del día después’ ha vuelto a dividir las opiniones del país.

Luego de que la Procuraduría pidiera retirarla del mercado por considerarla abortiva y que el Invima respondiera que no hay tal fundamento porque es anticonceptiva, las opiniones alrededor de este interminable debate no se han hecho esperar en los medios de comunicación, como tampoco en las conversaciones informales de los colombianos.

La irreconciliable discusión representa dos posiciones opuestas: la religiosa, que asegura que quienes la toman encuentran una manera legal de acabar vidas; y la científica, que argumenta la inexistencia del aborto ya que de darse la fecundación e implantación del óvulo dentro de las 72 horas posteriores a la relación, la pastilla no le causa daño al embrión humano y el embarazo sigue su normal curso.

De no haber embarazo durante los tres días siguientes, una vez ingerida, la píldora puede evitar o retrasar la ovulación, que los espermatozoides fertilicen cualquier óvulo liberado o que el óvulo ya fecundado se implante en el útero para desarrollarse. Es esta última función del anticonceptivo de emergencia la que más controversia desata puesto que la sola fecundación ya es considerada por muchos como el inicio de una vida.

El Consejo de Estado se pronunció sobre el tema al negar hace unos años una acción de nulidad contra el registro sanitario del medicamento con base en un concepto de Medicina Legal. El reporte explica que, de haber fecundación e implantación del óvulo en el útero, el nuevo embrión humano no termina afectado.

Queda así descartada la teoría de considerar este método como abortivo. La Organización Mundial de la Salud también sustenta este criterio basada en estudios científicos.

Entonces, la píldora es considerada por la comunidad científica como un mecanismo valioso en la prevención de embarazos no deseados sólo en casos de emergencia, es decir, cuando el método regular de planificación falla.

Más allá de la discusión de estos días, los análisis deberían virar hacia la falta de educación que aún tienen muchas de las parejas que la usan. Dejar claro que la píldora no debe ser utilizada como un anticonceptivo de uso frecuente sino de emergencia, es uno de los retos que afronta la educación sexual en el país.

Porque hablar de esta pastilla es hablar también de la importancia de mantener métodos de planificación regulares como la píldora diaria, las inyecciones mensuales o trimestrales, o el preservativo. Cuando algunos de estos métodos falla por cualquier razón, la pareja encuentra en el medicamento del día después una salida excepcional para evitar un embarazo. Sin embargo, lo que está ocurriendo es que la excepción se está volviendo cada vez más la regla.

Más allá de lo importante que es usar un método como el preservativo para evitar enfermedades de transmisión sexual, la desinformación sobre los efectos secundarios del continuo uso de la píldora no faltan, pues se está ante un producto altamente hormonal que exige especial cuidado en mujeres con asma, insuficiencia cardíaca, hipertensión, epilepsia o depresión.

Al parecer es creciente el número de mujeres que están utilizando esta píldora de manera regular sin conocer los riesgos que corren: alteraciones en su ciclo menstrual o problemas de concepción cuando realmente deseen tener un hijo. Asimismo, el Invima asegura que entre los efectos secundarios de la continua ingestión de esta pastilla está la formación de quistes en los ovarios.

‘La píldora del día después’ no es más que otro ejemplo de los tabúes que se siguen tejiendo alrededor de la sexualidad en Colombia. Por no ser una cátedra regular en muchos colegios, los adolescentes consultan sus inquietudes a fuentes pocos idóneas que sólo les alimentan mitos sobre su cuerpo, haciéndolos llegar completamente vulnerables a sus primeras experiencias sexuales.

Es un hecho que los embarazos no deseados se están dando cada vez más a temprana edad en el país. Sin embargo, más que quedarnos atrapados por la sorpresa o por discusiones como la aquí expuesta, debemos continuar facilitándole el acceso a la información sobre estos temas a nuestros adolescentes para evitar que el aprendizaje con base en ensayo y error siga siendo la constante o que confundan ‘la píldora del día después’ con un tratamiento de planificación regular.

Las consecuencias de esa problemática hoy exigen una aproximación más pragmática sin desconocer sus dimensiones éticas.

No hay comentarios: