viernes, 26 de febrero de 2010

Balance agrícola

Juan José Perfetti

El Colombiano, Medellín

Febrero 26 de 2010

Al comenzar una nueva década resulta adecuado mirar hacia atrás y registrar los avances logrados por la agricultura colombiana durante el período 2000-2009. Esa mirada debe hacerse en la perspectiva del desarrollo sectorial de largo y mediano plazos.


Comparando el comportamiento de la agricultura colombiana durante la pasada década, con respecto de lo acontecido en las últimas cuatro o cinco décadas, es claro que, aunque en el período 2000-2009 se logró una ligera recuperación de los principales indicadores sectoriales con respecto a la situación que había a finales de la década de los noventa, dichos resultados no difieren mucho de la tendencia de largo plazo que desde principios de los ochenta trae la agricultura colombiana.


Así, el área dedicada a cultivos se mantiene alrededor de los cuatro millones de hectáreas que es el nivel medio alrededor del cual ha venido fluctuando el área desde finales de los años setenta. La producción creció durante la primera parte de la anterior década colocándose por encima de la registrada en el período 1990-1999, pero desde el año 2005 la producción agrícola total se mantiene alrededor de los 25 millones de toneladas. En términos del valor de la producción, ésta creció durante el período 2000-2009, pero la respectiva tasa de crecimiento estuvo por debajo de la tasa de crecimiento de largo plazo, 1950-2009, y de las tasas registradas en las décadas anteriores, excepto por la del período 1990-1999, que estuvo por debajo de la tasa observada en la década 2000-2009.


Un hecho que favoreció el crecimiento del sector agrícola durante la pasada década fue la recuperación que se dio en el mercado internacional del café. Esto favoreció la ampliación del área cafetera en Colombia y permitió una mayor producción del grano. De esta forma, el país recuperó parte del área y de la producción que se había perdido a raíz de la crisis cafetera de los noventa del siglo pasado.


Lo que salva un poco que las bajas tasas de crecimiento exhibidas por las actividades agrícolas no se reflejaran en unos resultados de crecimiento aún más pobres para todo el sector agropecuario es el buen comportamiento y las relativas mayores tasas de crecimiento del sector pecuario. Sin lugar a dudas, los altos niveles de crecimiento que tuvo la economía colombiana durante buena parte de la anterior década, aunado a las crecientes exportaciones pecuarias a Venezuela, favorecieron el crecimiento del sector pecuario.

Aunque durante la primera parte de la década pasada el empleo agrícola se recuperó respecto a la baja que se registró durante la segunda mitad de los noventa, en el período 2005-2009 el empleo generado por las actividades agrícolas prácticamente se estancó. Esto, frente a una reducción en la generación de empleo en las actividades diferentes a las agrícolas, determinó que a lo largo de la década se presentara una ligera disminución del número de ocupados rurales.


Dado que, durante el período 2000-2009, la economía colombiana creció a un ritmo mucho mayor del que lo hizo tanto el sector agrícola como el sector agropecuario, este último registra una caída progresiva en su participación en el PIB total. Dependiendo de la base de precios que se tome para medir el PIB, en Colombia dicho sector registra hoy en día, considerando la base de precios de 1994, una participación cercana al 12 por ciento y de solo el 8 por ciento con precios de 2000. Esto no deja de ser paradójico y lamentable, pues Colombia tiene una importante y variada base de recursos naturales que desde el punto de vista de su potencial productivo le permitiría tener un desempeño mejor que se manifestara en mayor producción, más empleo rural, mayores ingresos y, en general, mayor bienestar para los habitantes del campo.

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