Mario Fernando Prado
El Espectador, Bogotá
Febrero 26 de 2010
Lo que nos faltaba: Mientras que andamos pensando en referéndums, reformas a la salud y elecciones, el enemigo –que no duerme- está aprovechando cualquier bajada de guardia para quemar sus ojalá últimos cartuchos.
Y por eso no nos hemos dado cuenta de sus más recientes estrategias, producto del desespero y el no saber qué más hacer. Una de ellas es dispararle indiscriminadamente a los vehículos que van por las carreteras. Ya lo hicieron en la vía Panamericana, trayecto Cali-Popayán. Allí se estrenaron y mataron varios conductores y pasajeros de automotores que iban y venían por este importante trayecto.
Apostados en la montaña y con armas de largo alcance perpetraron estos crímenes tan difíciles de prevenir y casi imposibles de controlar. El Ejército no da abasto y he ahí un nuevo desafío a nuestras Fuerzas Militares.
La otra estrategia –en ciernes, menos mal, pero peor de macabra y más asesina aún- es la de los “Farcmikases”, guerrilleros suicidas que no demoran en debutar en nuestras ciudades produciendo con ello un caos total.
Ni para qué imaginar lo que pueden llegar a hacer estos dementes en lugares públicos y centros comerciales, poniendo como carne de cañón a unos infelices adoctrinados escogidos al azar o chantajeados con los métodos más ultrajantes en los que los cabecillas guerrilleros son verdaderos expertos.
Menos mal que esta actividad aún no la han iniciado pero hay informes de inteligencia que aseguran que se está implementando como mecanismo desestabilizador y como un último recurso para decir que el moribundo aún está vivo.
Ante tales circunstancias Colombia sabrá qué hacer: Si darle más largas a las Farc y el Eln –ahora al parecer amacizados- y ofrecer manos tendidas, amnistías, treguas y hasta despejes (no olvidar que en elecciones hay promesas con tal de obtener votos) o cerrar filas y rodear a los organismos de seguridad alentándolos para que prosigan en su labor y no amedrentándolos y aventándoles las asustadurías para maniatarlos e inmovilizarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario